Con el editorial de hoy, no apuntamos a ponernos a filosofar en el aire, sino a analizar un hecho confirmado en los informativos israelíes en la última jornada, un hecho que puede pasar simplemente como un tema interesante pero en realidad es especialmente simbólico.
La noticia: el Ministro de Defensa de Alemania y las comisiones de presupuesto y defensa del Bundestag, el Parlamento alemán, aprobaron la compra del sistema de defensa anti misiles desarrollado por Israel-conjuntamente con Estados Unidos- el Jetz 3 (Flecha). S
Ante todo, aquí podemos apreciar qué es ese sistema, capaz de interceptar misiles balísticos lanzados a gran altura y gran distancia.
Y lo destacamos no por el enorme aporte que ello dará a las industrias de defensa de Israel-lo cual sin duda es un dato económico importante- sino algo mucho más de fondo, que podemos captar en toda su dimensión únicamente si recordamos la historia. Vayamos por partes, en términos muy generales.
Hace tan solo unas décadas,menos de un siglo, el por muchos considerado “el pueblo más culto de Europa” se convertía en protagonista de uno de los peores horrores de la humanidad, al emerger de su seno la monstruosa Alemania nazi, responsable del asesinato de 6 millones de judíos y de muchos asesinatos más de personas de otros grupos humanos, como ser gitanos, minusválidos, homosexuales, opositores políticos y muchos más.
En medio de no pocas polémicas, álgidas por cierto, el Estado judío – la expresión de soberanía nacional del antiguo pueblo hebreo que había sido marcado como blanco absoluto y total de los nazis- pactó en 1952 el pago de indemnizaciones por parte de Alemania. Claro estaba, y también se lo dijo, que nada compensaba el horror de la Shoá. Pero el acuerdo fue con una Alemania democrática que quería realmente abrir una nueva página en las relaciones con el pueblo judío, y esos pagos ayudaron a los sobrevivientes y al Estado de Israel. En 1965 se dio otro paso clave al establecerse relaciones diplomáticas entre Israel y la Alemania democrática surgida de las cenizas del horror.
Y desde hace años, Alemania es el país más cercano a Israel en Europa, una amistad especialmente relevante ya que por un lado refleja una gran comprensión por parte de sus gobernantes acerca de los serios desafíos con los que lidia Israel para proteger su existencia y por otro, no siempre significaba coincidencia absoluta. Inclusive la gran Angela Merkel, Canciller alemana hasta hace un tiempo, durante muchos años, supo expresar discrepancias con tal o cual política israelí, pero sin perder jamás de vista lo central: la defensa del derecho de Israel a luchar por su seguridad y bienestar y de combatir para ello a sus enemigos.
Evidentemente, la percepción por parte de la nueva Alemania de la responsabilidad para con el Estado judío, fue siempre un elemento clave en estas nuevas relaciones. Los gobernantes democráticos de Alemania no tienen la culpa por los crímenes nazis, pero es bueno que entendieron que tienen la responsabilidad por ayudar a Israel a ser un país fuerte en el seno del concierto de las naciones.
Por eso Alemania también aportó a la defensa nacional israelí con la venta de equipos armamentistas que necesitaba. Ya en 1957 surgió en Israel el tema de comprar submarinos alemanes. Y las relaciones de seguridad, que comenzaron temprano y continúan hasta hoy, son consideradas importantes para ambos países.
Pero nada como esta nueva etapa: la decisión de Alemania de avanzar hacia la comprar del sistema anti misiles “Jetz 3” de Israel, un elemento clave en la protección de Alemania. En Berlín esto se ve como un eventual primer paso hacia la protección continental con sistemas avanzdos desarrollados por Israel.
Algo más de 80 años después de la Shoá , el Estado del pueblo judío venderá a la nueva Alemania, democrática y opuesta tajantemente a los crímenes nazis, un sistema destinado a proteger a su población. Es a nuestro criterio un hito en la historia de las relaciones entre las partes.
Otro punto a mencionar, aunque no es el central de esta nota pero sí es significativo, es tener presente cuánto dedica Israel al esfuerzo por proteger a su población. El “Jetz 3” es uno de los eslabones de un sistema único en el mundo que Israel ha desarollado, de protección en capas de amenazas lanzadas a distintas alturas y desde variadas distancias para atacar al país y su gente. La más conocida es la Cúpula de Hierro, de ya probado éxito en la interceptación de más del 90% de los cohetes y proyectiles lanzados hacia la población civil que estaban en camino a impactar en tierra.
A la Cúpula de Hierro, que lidia con las amenazas desde la distancia más corta, se agregan el sistema Yahalom (Patriot en su nombre original en inglés, producido en Estados Unidos), destinado especialmente a interceptar aviones y drones. Está también, antes del Jetz, el “Kéla David”, conocido en inglés como David´s Sling.
Y se sigue desarrollando lo necesario para minimizar el riesgo a las amenazas enemigas. Pocos días después de revelar Irán que ha desarrollado el Fattah, un primer misil hipersónico de gran potencia, de la Autoridad de Desarrollo armamentista de Israel RAFAEL, se anunció que ya se está desarrollando la respuesta.
Y mientras no hay más remedio que seguir desarrollando esa capacidad defensiva, es bueno que los amigos de Israel puedan beneficiarse de ello. Y cuando de Alemania se trata, el simbolismo histórico es especialmente fuerte.
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