La normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita está más cerca que nunca. Llegó la hora de que los palestinos decidan si prefieren seguir comportándose como niños caprichosos, inadaptados y agresivos que principalmente se perjudican a sí mismos, o bien optan por tomar el camino de la paz y el progreso de una vez por todas.
Hay una nueva realidad en el Medio Oriente, aunque podemos decir que ya no es tan nueva, sino que se va renovando. Cada vez más países del mundo árabe y musulmán están normalizando sus relaciones con Israel. La Resolución de Jartum, firmada en 1967 por ochos países árabes en Sudán, que incluía los tres noes –no a la paz con Israel, no al reconocimiento del Estado de Israel y no a las negociaciones con Israel–, está quedando en el olvido.
Después de Egipto, en 1979, y de Jordania, en 1994, Emiratos fue el primer país árabe en normalizar las relaciones con Israel, y menos de un mes después lo hizo Baréin. Así surgieron los Acuerdos de Abraham, que fueron firmados por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y los ministros de Relaciones Exteriores bareiní y emiratí en septiembre de 2020 en Washington. Luego llegaron los turnos de Marruecos y Sudán de unirse al camino de la paz. Y todo parece indicar que Arabia Saudita será el próximo en la lista, tal como afirmó recientemente el príncipe Mohamed ben Salman en declaraciones para Fox y como lo manifestó el propio Netanyahu en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La normalización de las relaciones con Arabia Saudita puede crear un efecto dominó en la región que podría llevar a que más países se unan al nuevo Medio Oriente. Además, vale recordar que en septiembre de 2020 Kosovo e Israel se reconocieron mutuamente, y en el año 2021 ese país europeo se convirtió en el primero con una población predominantemente musulmana en abrir una embajada en Jerusalén. Si bien Kosovo aún no tiene pleno reconocimiento internacional, y ni siquiera la ONU lo ha aceptado como Estado miembro, el tratado significó un gran avance para ambas partes.
El motivo más importante de los acuerdos alcanzados y los que están en proceso es la necesidad de enfrentar la amenaza iraní, preocupación que comparten varios países del Golfo y Jerusalén. Pero esa no es la única razón. A pesar de las hostilidades pasadas, las naciones árabes comprendieron que el Estado judío ya no podrá ser borrado del mapa y está allí para quedarse. Derrotarlo ha dejado de ser una opción viable. Y si Israel está allí, ¿por qué no aprovecharlo? Después de todo, se trata de un país avanzado en muchos ámbitos, como la tecnología, la ciencia, la agricultura y la medicina.
Los avances en la región también pueden estar relacionados con las nuevas generaciones y los cambios sociales positivos que se están registrando en algunos países islámicos aliados de Occidente. Es cierto, aún tienen un camino muy largo por recorrer en términos de libertades individuales, pero la situación ha mejorado.
Podríamos afirmar que la líder israelí Golda Meir (1898-1978) tenía razón cuando dijo: “La paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian”. Y eso es efectivamente lo que está sucediendo ahora en el Medio Oriente. Los árabes comenzaron a preocuparse más por su bienestar que por su odio. Claro, no me olvido, su bienestar también depende del debilitamiento de Irán, que si bien se encuentra bastante aislado, aún cuenta con los importantes apoyos de Rusia y China.
Los palestinos fueron utilizados en el pasado como excusa por los países árabes para oponerse a Israel. No hay que ser ningún erudito en los asuntos del Medio Oriente para saberlo. Pero la política internacional no es estática, sino que está en permanente cambio. Algunos conflictos se acaban y comienzan otros; algunos enemigos se tornan aliados y viceversa. Pero esta utilización cínica de los palestinos ha comenzado a llegar a su fin. Por lo tanto, los palestinos tienen algunas decisiones importantes que tomar.
¿Continuará el liderazgo palestino comportándose como un niño caprichoso que busca obtener placeres transitorios por medio de berrinches o entenderá que ahora deberá madurar para mejorar la situación de sus gobernados, si es que les interesa, aunque sea para mantenerse en el poder? El mismo grupo terrorista Hamás reconoce que lanza misiles contra Israel para obtener ciertos beneficios, como los millones de dólares cataríes y más visas israelíes de trabajo para los gazatíes. Por su parte, la Autoridad Palestina no se despega de su papel de víctima para seguir recibiendo dinero del mundo, incluso de Israel, y financiando a los terroristas y a sus familias.
¿Qué harán los liderazgos palestinos finalmente? ¿Comenzarán a amar a sus hijos más de lo que odian a los israelíes o Israel deberá seguir lidiando con los islamistas corruptos y autoritarios de Hamás, que no ocultan su deseo de arrojar a los judíos al mar, y con la corrupta y autoritaria Autoridad Palestina, liderada por el moderado Mahmud Abás, quien reicentemente justificó el Holocausto?
Los líderes palestinos deberían aceptar lo que muchos países árabes ya entendieron y buscar el bien de sus gobernados alcanzando un acuerdo con Israel (o al menos intentarlo) y otorgándoles libertad de una vez por todas, abandonando así el camino del terrorismo y de un victimismo cada vez menos creíble, incluso en el mundo islámico.
El infantilismo de los líderes palestinos cansó, hartó y aburrió. Muchas personas a las que entrevisté (palestinos e israelíes), que tienen contacto no oficial con civiles palestinos, me comentaron que son muchos los que en Cisjordania y Gaza ya no soportan a los corruptos y autoritarios que los gobiernan, y ansían la paz. Sin embargo, temen hablar por miedo a ser detenidos y torturados (en el mejor de los casos), o bien asesinados.
Israel ha demostrado y sigue demostrando que busca la paz, que está dispuesto a ceder y normalizar las relaciones con cualquiera que esté dispuesto a alcanzar un acuerdo para mejorar la realidad del Medio Oriente. Sí, incluso con aquellos que sólo clamaron por su destrucción durante años y años.
¿Qué lado van a elegir los palestinos? ¿El lado de la paz y la prosperidad que se está formando en el Medio Oriente o el de la pobreza, la guerra y la desestabilización, liderado por Teherán? Israel está preparado para ambos. Los caprichos ya no cuentan; es hora de que maduren de una buena vez.
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