Paralelamente a sus denodados esfuerzos por destruir la fuerza de la organización terrorista Hamas, Israel dedica mucha energía al tema de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Si bien está claro que nunca fue su interés dañar a la población civil-lo cual no significa que ésta no sufre en la guerra, claro que sí- la dimensión de su esfuerzo por introducir ayuda humanitaria a la población civil, no le ayuda en su esfuerzo bélico contra el terrorismo, sino todo lo contrario.
Ante todo, no conocemos otro caso de un ejército en guerra que dedique tanta energía a enviar ayuda a la población del enemigo. Pero más allá de ello, el problema central con la enorme dimensión de la ayuda humanitaria que entra a la Franja es que llega mayormente a manos de Hamas. Los terroristas la roban, se apoderan de gran parte, la almacenan, la esconden, se la guardan para sí y venden (!!)parte a la población, con lo que además fijan en la gente la percepción que ellos los abastecen.
Si eso pasa, “gracias” a la ayuda de Israel, no hay motivos para que Hamas se sienta presionado. Su enemigo lo abastece.
Tal cual recordó el General (retirado) Giora Eiland, que desde hace meses recalca la problemática de la ayuda humanitaria y dice que Israel actúa con ello contra sus propios intereses, antes del acuerdo concretado en noviembre en cuyo marco fueron liberados 105 secuestrados, entraban a Gaza dos camiones de ayuda por día. Como parte del acuerdo, Hamas exigió que entren 200 por día. Israel aceptó, eso se cumplió, pero se cometió el craso error de no detener ese ritmo al violar Hamas el acuerdo antes de liberar a la planeada última tanda de secuestrados. ¡Y continúa hasta ahora! Y ha aumentado considerablemente.
¿Por qué va a sentirse Hamas presionado si algo clave como el abastecimiento lo recibe desde Israel?
Israel también se ha ocupado de coordinar y facilitar una campaña de vacunación contra polio que se está llevando a cabo desde hace una semana por parte de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
Esto se lanzó a raíz del descubrimiento del caso de un bebé con parálisis parcial por poliomelitis. No hay epidemia, pero la campaña tiene importancia preventiva e Israel se ha comprometido a tomar medidas para facilitar su concreción.
Si bien la oficina del Primer Ministro Netanyahu aclaró que no se aceptó un alto el fuego humanitario generalizado, sí fueron coordinadas pausas humanitarias y corredores humanitarios por lapsos determinados, para hacer posible la campaña en distintas partes de la Franja de Gaza. Y todo eso se está cumpliendo.
El problema central en todo esto es que mientras Israel cumple con su deber moral desde el punto de vista humanitario, sigue lidiando con un enemigo cruel que no respeta absolutamente ninguna ley del Derecho internacional humanitario sino todo lo contrario.
Es imposible olvidar que secuestrados israelíes no recibieron nunca los remedios que les fueron enviados y que hubo casos ya confirmados de muerte a raíz de ello, lo cual en estas circunstancias equivale a asesinatos.
Pero están también los asesinatos de los secuestrados, no por dejadez o falta de cuidados, sino por explìcita intenciòn y balas en la cabeza como pasó días atrás en un túnel de la muerte en Gaza con seis de los secuestrados.
Y ya que recordamos la campaña de vacunación, cabe recordar que hay dos niños en Gaza que no reciben desde hace 11 meses nada de lo que merecen, ni vacunas, ni alimentos ni medicaciòn necesaria: Kfir Bibas, secuestrado cuando tenía 8 meses y medio y su hermanito Ariel, que cumpliò hace poco 5 años en cautiverio.
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