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| lunes marzo 17, 2025

Silvia Plager …Perdonar


A partir del 7 de octubre del 2003, asisto a las convocatorias de conmemoración. Mi pobre adhesión, una cinta amarilla, una medalla, una remera que dice “Bring Them Home”. Sé de qué lado estoy. Pero las interrogativas comienzan cuando llego a mi departamento y pongo sobre la mesa la cartulina con la foto de una de las víctimas. Integrada a la multitud sé cuándo elevar la cartulina para dotarla de alas aunque no la suelte, igual que las banderas con la estrella de David, nuestra estrella, que también fue escudo defensivo y señal discriminatoria: marcados y conducidos al matadero, ¡ nunca más! Rescato de los bolsillos del abrigo, las llaves, el celular, un pañuelo de papel y algo de efectivo que enseguida pondré en sus respectivos lugares. En el día del aniversario de la masacre cometida por Hamas me tocó nuevamente la imagen de un joven: ojos marrones, pura vida, boca que insinúa una sonrisa, pura vida. Y una barba incipiente que disimula las facciones todavía adolescentes. Tan bello, naufragando ahora en mi escritorio, junto a la computadora. Y desaparece la pared a mi espalda con su biblioteca. Y veo solamente a la derecha de la pantalla, enmarcados en peltre, a una pareja de ancianos, ambos sentados en actitud relajada, digna, y detrás de ellos dos hombres, una mujer y una niña, todos vestidos de shabat, en el patio delantero de una casa en Polonia, hoy Ucrania. Mis abuelos, tíos y primita, reparten su orfandad de futuro en todos los hogares de sus descendientes. Y se hace presente la caja con fotos en sepia que mi madre guardaba arriba del ropero en una caja de cigarros. Y otra vez hago un rollo con la cartulina como si se tratara de un texto sagrado y lo guardo. En la proximidad de Iom Kipur les pido perdón a mis ancestros, a los muertos por los ataques terroristas que buscan destruir a Israel y a todos los judíos en el mundo. Entonces reflexiono que sólo las víctimas tienen derecho a perdonar a sus victimarios.
Gmar Jatimá Tová
Que seamos inscriptos en el libro de la vida

Silvia Plager

 
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