asta hace poco, los principales canales, diarios y plataformas en Israel daban como bastante probable, por no decir seguro, que se produciría un nuevo ataque de Irán a territorio israelí. Las hipótesis se basaban en fuentes de seguridad y expertos, pero el asunto ha desaparecido de los titulares. La cuestión ahora es si se debe a un caudal de información de temas nuevos o al hecho de que, simplemente, Irán ha cambiado sus planes.
Tamar Eilam Gindin, experta en temas iraníes en el Departamento de Estudios Persas en la Universidad de Haifa analiza las razones de este nuevo escenario.
«Parecía muy claro que Irán no se iba a permitir no responder al ataque israelí del 25 de octubre con el que Israel respondió a su vez a un ataque anterior de Irán. Era una cuestión de honor. Pero se celebraron las elecciones en Estados Unidos y resultó electo Donald Trump, al que, es impresionante, todos temen. También Irán», reflexiona.
«Yo pensaba –continúa– que lo más probable era que el ataque no fuera antes de las elecciones, precisamente para no dar motivos para fortalecer a Trump».
Con Trump presidente hasta los Talibanes hablan de normalizar las relaciones con Estados Unidos
_¿Qué probabilidades hay ahora de que se produzca?
–Una es que Irán realmente se haya asustado mucho con la elección de Trump, por eso empieza a hablar de forma mucho más moderada. Ahora dicen que si se logra un acuerdo para terminar la guerra en Gaza, podrían reconsiderar la posibilidad del ataque a Israel o podrían limitarlo. Hay varias cosas muy extrañas. Hasta los Talibanes hablan de normalización en las relaciones con Estados Unidos.
–¿Se puede dar por seguro que no atacarán?
–No. Si esperaron tanto tiempo y finalmente deciden que van a atacar, es probable que esperen a hacerlo después de la investidura de Trump, cuando esté ya en la Casa Blanca. Mientras tanto Israel puede que les de nuevos motivos para querer vengarse.
–¿A qué se refiere?
–Su excusa habitual es que están vengando algo. El ataque del 1 de octubre con numerosos misiles balísticos lanzados hacia Israel fue, según dijeron, su venganza por la eliminación del jefe de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán. También por la del jefe de Hezbolá Hassan Nasrallah en Beirut.
Es probable que Israel lleve a cabo algún operativo que Irán considere que le da legitimidad para atacar
–El de Haniyeh fue un ataque que Irán y Hamás atribuyeron a Israel pero que Israel no reivindicó. El de Nasrallah sí.
–Exacto. A lo que me refiero es a que en el marco de la guerra, es probable que Israel lleve a cabo algún otro operativo que Irán considere que le da legitimidad para atacarlo. Pero si deciden tratar de desequilibrar a Trump, esperarán a que entre en funciones, como hicieron en 1981 con Reagan.
–Sería jugar con fuego.
–Cierto, por eso no estoy segura de que quieran arriesgarse a tanto. A Trump lo ven como un poco loco, como el matón del mundo y a Biden como la maestra de jardín de infancia de la región.
–¿Se justifica que le tengan tanto miedo? ¿Es por las sanciones duras que impuso en su primer período?
–Así es. Las sanciones tuvieron un efecto muy duro. Al régimen le resultaba muy difícil justificar ante los elementos que son más extremistas aún que ellos, las concesiones que habían hecho en el acuerdo nuclear del 2015. Lo llamaron «flexibilidad heroica» para que suene bien. Dijeron que era algo que había que hacer para salvar la situación económica de Irán.
–Pero Obama…
–Obama no hizo cumplir las sanciones a Irán, pero luego vino Trump y cambió de rumbo, volvió con las sanciones. Cada vez que Trump anunciaba una rueda de prensa sobre un tema determinado, era notorio el nerviosismo en los mercados. O sea que sus palabras ya tenían un efecto psicológico, no económico. Él fue el que abandonó el acuerdo nuclear y después de todo eso de la flexibilidad heroica, rompió el acuerdo. La situación económica en Irán se deterioró más aún y sigue deteriorándose. No la de sus proxies a los que Irán financia, pero sí la de Irán mismo.
–Recuerdan siempre el efecto económico de las sanciones en el país.
–No confían en Trump que fue quien abandonó el acuerdo nuclear. Para Irán Trump fue quien arruinó la posibilidad de tener cierta confianza entre las partes.
–¿No será que justamente por ese estilo de Trump sea él quien logre cambiar la situación?
–Nada se puede descartar. Yo escucho analistas que tratan de ser optimistas y dicen que quizás hasta se llegue a un nuevo acuerdo nuclear con Trump. Si es loco y matón que no juega de acuerdo a las reglas, quizás con él sí lleguen a acuerdos que sus sucesores respeten.
¿Hamás tendrá tanto miedo de Trump que liberará a los secuestrados? Sería bueno, pero no lo creo
–¿Cree que Trump será bueno para Israel?
–Es cierto que tiene un yerno judío, pero también otro libanés. Trump, hace poco, fue a congraciarse con los musulmanes. A cada uno le dijo en campaña lo que quería oír para que lo voten. No sé si será bueno para Israel. También hay que preguntarse si ser bueno para el Gobierno de Netanyahu equivale a ser bueno para Israel, no necesariamente. ¿Hamás tendrá tanto miedo de él que devolverá a los secuestrados? Sería bueno, pero no lo creo.
_¿Trump tiene mecanismos efectivos de presión sobre Hamás?
–Me imagino que en su calidad de líder del mundo libre, si es que aún se puede usar ese término en estos días, tendría algo para hacer. No sé si presiones directas sobre Hamás pero recordemos que Qatar ya echó a los líderes de Hamás de su territorio. Hay todo tipo de procesos.
–¿Conoce el estado del líder supremo Ali Jamenai? ¿Es cierto que está en coma?
–No está claro, la noticia fue publicada en medios que creo que se precipitaron un poco. No digo que no sea cierto, pero lo que sí lo es es que han nombradas a tres sucesores suyos. No está claro.
–Hace un seguimiento constante de las redes sociales iraníes. ¿Ve claramente el fenómeno de iraníes que apoyan a Israel?
–Es indudable. Pero el problema en muchos casos es que no distinguen entre Israel y Netanyahu. Están enamorados de Netanyahu, especialmente después de la eliminación de Nasrallah. Todo el Medio Oriente suní lo ama desde que mató a Nasrallah, pero especialmente los iraníes, que son chiíes como bien sabemos, porque Nasrallah mandó hombres de Hezbolá a ayudar al régimen iraní a sofocar los disturbios del 2022. Y no se lo perdonan. También sienten que les quita el dinero porque Irán financia a Hezbolá. Y hay varios elementos más. Pero el mensaje transmitido por Netanyahu la semana pasada exhortando al pueblo de Irán a tomar las riendas de su destino, despertó reacciones encontradas.
–¿Por qué?
–En general los discursos de Netanyahu dirigidos al pueblo de Irán despiertan reacciones muy positivas. Pero esta vez, muy cerca de ese mensaje, hubo declaraciones del flamante canciller Gideon Sa´ar que no les gustaron porque habló de tendencias separatistas en Irán y del apoyo a los separatistas. Entonces, mucha gente dijo que si Netanyahu habla tan bien del pueblo de Irán, pues que se ocupe de frenar a su ministro de Exteriores. Gideon Sa´ar habló del separatismo kurdo, a favor, y a los iraníes eso no les gustó nada.
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