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| viernes noviembre 22, 2024

Opiniones consolidadas pero contradictorias


Una incursión al pensar de los Jóvenes: menos democracia y más decisiones

Lic. Samuel Leillen

«AURORA», 9.6.2011

LA INVESTIGACIÓN Y EL SEGUIMIENTO

jovenes-israelDías atrás, se presentaron en Tel Aviv los resultados de la tercer encuesta sobre tendencias y cambios en las concepciones y escala de valores de los jóvenes de Israel, tanto judíos como árabes, realizada por el fondo «Friedrich Ebert Stiftung», de la social-democracia alemana, y «MACRO – Centro israelí de Economía Política». ***

Las investigaciones anteriores se publicaron  en 1998, al celebrarse el 50° aniversario de la Independencia de Israel y en 2004, en plena Intifada, y en las tres oportunidades se presentaron los mismos conjuntos de preguntas:

  • La situación del país, sensaciones y esperanzas en cuanto al futuro y la seguridad;
  • Consideraciones en cuanto al futuro personal, estabilidad y progreso;
  • Comunicaciones y noticiosos – fuentes de información preferidas;
  • Opiniones en cuanto al significado de Israel y el Judaísmo;
  • Concepciones de democracia, apoyo a los principios democráticos;
  • Opinión sobre las políticas sociales y económicas, capitalismo y socialismo;
  • Opinión en cuanto a Alemania y el Holocausto.

En cada oportunidad, los muestreos incluyeron 800 jóvenes entre los 15-18 años de edad y otros 800 entre los 21-24 años. Las edades 18-21 no fueron consultadas dado que es el período del servicio militar obligatorio.  En cada uno de los dos grupos, participaron 600 judíos y 200 árabes.

La recolección de datos fue dirigida por la famosa y fehaciente profesional Dra. Mina Tzemaj, y participaron en la elaboración y la redacción de las conclusiones varios investigadores y analistas de renombre.

FALTA DE SEGURIDAD Y DE DEFINICIONES CLARAS


Los jóvenes señalaron en sus respuestas, recogidas en el año 2010, que se enfrentan a una realidad imprecisa e insegura. Sus opiniones son resultado de ver como el país, después de seis décadas de soberanía,  aún se ve amenazado por sus vecinos y no se perfila entendimiento ni con los palestinos ni con los árabes en general. Se agregan a estos enfoques, la crisis financiera y económica que caracterizó los años 2008-2009, las amenazas ambientales y climáticas y la globalización.

En este mar de cosas los jóvenes van forjando su personalidad y definiendo sus principios y valores. ¿En quién se puede confiar? ¿Cuáles son los modelos de inspiración? ¿Dónde y cómo encontrar estabilidad y seguridad?

En todo el mundo se perfilan las mismas situaciones de falta de definiciones claras en cuanto a identidad personal y futuro, dado que en el mundo globalizado que nos toca vivir esos elementos se han desvirtuado, las verdades conocidas se han diluido. Cambios en los órdenes sociales, cambios en las identidades nacionales, falta de estabilidad en el área ocupacional, cambios tecnológicos, todos ellos son parte del escenario en el que debemos actuar e integrarnos. El medio conocido no da sensación ni de apoyo ni de estabilidad.

Y si a todo ello debemos agregar las dicotomías propias de la actualidad israelí: izquierda o derecha; laico o religioso; privatización o protección al necesitado; rico o pobre; veterano o inmigrante; estado democrático pero judío – entenderemos los resultados a que apuntan las encuestas. Pero lo que a nosotros pinta contradictorio, para los jóvenes es parte  de un mundo caótico en el cual las definiciones son alteradas y alterables permanentemente.

COMPLEJO Y CONTRADICTORIO


De los resultados de la investigación,  podemos desprender cómo se verá la sociedad en un futuro próximo. Las opiniones actuales sirven de sismógrafo del porvenir. La encuesta del 2010 indica que dada la compleja realidad, los jóvenes desarrollan conductas que reflejan esas percepciones contradictorias: están por la paz con los palestinos, pero la mayoría se opone a renuncias y prefieren que la situación existente persista; ellos ven en la democracia un principio fundamental, pero 46% de ellos preferirían que los árabes de Israel no tuviesen representación en la Knesset; la compleja situación de Israel no los conduce ni a miedo ni a apatía, y en cuanto al futuro personal – pareja, familia, profesión, carrera – sus expectativas son positivas. El 65% de los jóvenes judíos señalaron que el objetivo primordial es conformar una familia feliz. Sólo el 10% consideró que el éxito económico es lo fundamental en sus aspiraciones, y otro 8% puso en primer lugar las aspiraciones profesionales.

Tienen un enfoque claramente negativo sobre los políticos y la política. Esto los conduce a creer menos en los principios democrático-liberales y en las instituciones estatales pero han desarrollado tendencias que refuerzan su ser judíos y su nacionalidad.

Las posiciones de los jóvenes árabes son diametralmente opuestas a la de los jóvenes judíos de su misma edad. Para ellos, la educación formal es el principio primordial, pues como las minorías en otros países ellos ven en la educación la llave para la movilidad social y el bienestar económico. Simultáneamente, los jóvenes árabes consideran que no están integrados a la sociedad israelí y se sienten enajenados.

 

¿QUÉ PIENSAN?

La sensación de optimismo ha mejorado notablemente, con mayor expresión entre los menores que entre los mayores (21-24). Los jóvenes (15-18) están ocupados en los mismos temas como en todo el mundo: están inquietos con los estudios, les encanta encontrarse con los amigos – en casas o en cafés barriales; el sexo opuesto es tema conmovedor; pasan muchas horas frente al internet y al Facebook; pocos leen libros – nadie leyó un solo libro por el placer de leer; no les interesa la política – la consideran, por lo que escuchan de los mayores, «cosa sucia»; no tienen expectativas de los funcionarios públicos, que «sólo cuidan sus intereses personales y son todos corruptos».

Esas sensaciones se acentúan en el segundo grupo (21-24): el contacto directo con oficinas públicas y organismos estatales, el acentuado acceso a las fuentes de información – periódicos, televisión, noticiosos, etc. – agrava el enfoque negativo sobre estos sectores.

Hay una tendencia general a «aceptar la realidad tal cual», en particular en cuanto a las relaciones entre judíos y árabes y el conflicto entre ellos. La serie de acontecimientos traumáticos de los últimos diez años, que contribuyeron a la conformación de las percepciones políticas  individuales, fortalecieron el inclinarse a la derecha y la convicción que «no hay solución». No les es claro el Proceso de Oslo (principio de los años 90) y presenciaron los fallidos intentos de conversaciones de paz tanto en el período de Barak como en el de Olmert – el primero condujo a la 2ª. Intifada (2000-2005) y el segundo enfrentó dos guerras, en el Líbano en 2006 y en Gaza en 2009.

En 1998 un 48% señaló que tiene tendencias de derecha; en 2010 este sector pasó a ser el 62%.

Y si en 1998 un 32% señaló que tiene orientación de izquierda, este sector pasó al 12% en 2010.

En cuanto a los jóvenes árabes, el sentirse minoría nacional los conduce a interpretaciones específicas en cuanto al Estado de Israel. Ansían igualdad, y creen más que los judíos en las posibilidades de convivencia y en la integración. Reconocen su inferioridad de oportunidades y la falta de recursos en sus establecimientos educacionales. Consideran que deben luchar para sobrevivir y lograr sus aspiraciones, ven difícil pero probable el éxito personal en Israel.

LOS VALORES DEMOCRÁTICOS


Ante el requerimiento de calificar necesidades de Israel, el 61% consideró que la paz es la primordial, y la «igualdad de derechos ciudadanos» obtuvo el 39% de los jóvenes judíos. Entre los jóvenes árabes, la «igualdad de derechos ciudadanos», fue marcada como objetivo prioritario por el 75% de los consultados.

La mayoría de los jóvenes judíos consideran que el conflicto israelí-palestino es la mayor amenaza que enfrenta el estado de Israel. No fue siempre así. Años anteriores se consideraba que la mayor amenaza era la escisión interna entre laicos y religiosos. En 1998, 44% de las respuestas dieron el primer lugar a este «peligro», mientras que el 27%  consideraron que lo más grave es el conflicto palestino-israelí. En 2010 los datos se invirtieron: 42% consideraron que lo más grave es el conflicto, mientras que sólo 27% consideraron que la desavenencia laicos-religiosos es la de mayor gravedad.

¿Cómo influye esto sobre las concepciones de democracia?  Si en 1998 el 26% consideró la democracia como el principio de mayor envergadura, el porcentaje bajó a 14% en el 2010. Sólo el 19% de los árabes le dieron clasificación primordial.

 

LAS CONVERSACIONES DE PAZ
 

Entre los jóvenes árabes, en 2004 el 74% apoyó los procesos de paz, mientras que sólo el 59% de los jóvenes judíos opinaba lo mismo. En 2010, los porcentajes bajaron a 53%  y 25% respectivamente.

¿A qué se debe esta desconfianza? Los judíos consideran que los árabes extremaron sus posiciones y que están dispuestos a la destrucción del Estado de Israel si tuvieran las posibilidades de hacerlo. Un 60% considera que el país está bajo amenaza existencial permanente. Un 40% de los jóvenes árabes también consideran  que si podrían, los árabes destruirían a Israel.

¿Cómo explican los investigadores la dramática decepción de los jóvenes árabes de las conversaciones de paz? Últimamente se ha hablado mucho de llegar a un entendimiento intercambiando territorios, y muchos árabes temen que parte de la población árabe ciudadana de Israel se vea obligada a  integrar el nuevo estado palestino, incluso sin consultar la opinión individual de los afectados y sin hacerlos partícipes de las negociaciones.

HOLOCAUSTO Y SUPERVIVENCIA

 

No sólo los años de Intifada llevaron a estas sensaciones, sino también el fortalecimiento del conocimiento de todo lo relacionado al Holocausto, incluso las visitas a los campos de exterminio en Europa: en 1998 sólo el 61% manifestó interesarse por temas relativos a la Shoá, en 2010 el 81% señaló esta inclinación.

Con todo, Alemania de hoy no es vista como la sucesora de la Alemania nazi, sino como un país en relaciones amistosas con Israel.

Consideran los investigadores que esta tendencia irá en aumento en los próximos años, dado que el Holocausto se ha convertido en un parámetro unificador de la conciencia israelí. De esta manera, la juventud israelí lleva una doble carga: los temores que las frecuentes guerras locales provocan en la ciudadanía y la sombra de los sucesos históricos de mediados del siglo XX.

Esta carga emocional lleva a preferir la situación existente y no arriesgarse a renuncias políticas o territoriales que debiliten la seguridad de Israel. Se interpreta que la resignación que lleva a preferir el status quo a la solución del conflicto israelí-palestino, es síntoma que los jóvenes han desarrollado anticuerpos para las situaciones inseguras: el riesgo es norma de vida, nadie cree en soluciones mágicas. Pero también es un llamado de atención sobre la necesidad de educar hacia la democracia: no se puede suponer que la inclinación democrática es obvia.

 

Lic. Samuel Leillen – 19.5.2011

 

***Ver «Contradicciones de identidad entre los jóvenes de Israel» publicado por el «Friedrich-Ebert-Stiftung», diciembre 2010, impreso en Israel, 384 pág. – versión en hebreo. Está anunciada la próxima publicación de la versión en inglés

 
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