Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Alrededor de tazones repletos de manzanas cortadas, pegajosos envases de vidrio llenos de miel y platos con pilas de granadas, los israelíes de todo el país – durante sus próximas comidas de Rosh Hashana – discutirán y argumentarán sobre el estado de la nación en la víspera del año nuevo.
Lo más probable es que uno de los temas comunes sea lo mal que parece todo: cómo la economía se está hundiendo, la situación de seguridad se está deteriorando y la situación diplomática está empeorando. Muchas de las quejas que se expresarán entre familiares y amigos en los próximos dos días tendrán que ver seguramente con la posición de Israel en el mundo, y la percepción que muchas personas tienen de que la posición global del estado judío nunca ha sido peor.
Esas personas deberían reunirse con Dore Gold, Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Gold, un veterano diplomático que en junio se trasladó de la presidencia del Centro Jerusalén para Asuntos Públicos a su nuevo cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, no se comporta como un alarmista.
En todo caso, su comportamiento y su manera de hablar son las de un anti-alarmista. Sopesa cada palabra, trata de poner las cosas en contexto.
Y todo esto queda claro cuando se le hace una simple pregunta de apertura: «¿Qué tal lo estamos haciendo?»
«Existe una impresión errónea de que Israel se enfrenta a un nuevo nivel de aislamiento diplomático, pero cuando uno se sienta en la oficina del Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores, se entiende rápidamente que simplemente no es verdad», le dice a The Jerusalem Post desde un cómodo sillón en su oficina.
En primer lugar, dice, las relaciones de Israel en Asia se están abriendo; y en segundo lugar, Israel no está tan aislado en la región como mucha gente cree.
«El mundo árabe está interesado en hablar con Israel», dice Gold, entonces afirma lo obvio, que este diálogo no es de dominio público. «Pero existe, y señalo el hecho de que Israel tiene muchos intereses comunes con los países árabes y está lejos de estar tan aislado, como algunas personas tratan de afirmar”.
El problema, por supuesto, es que todo contacto con los estados sunitas moderados – contacto al que el Primer Ministro Benjamin Netanyahu alude a menudo, pero sobre el que nunca se explaya – parece estar sucediendo en alguna parte en secreto.
Esto plantea la pregunta: Si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye, ¿hace ruido? O, en el mundo de la diplomacia, si las conversaciones con los sauditas se están llevando a cabo, pero nadie sabe acerca de ellos y no llega al conocimiento de la gente para cambiar sus actitudes, ¿importa? Gold, recalcando diplomáticamente que no está diciendo con quien Israel está haciendo contactos, dice que «no todo tiene que ser informado en los diarios o aparecer en la televisión. Pero cuando existen contactos oficiales que tal vez hace 20 años eran difícil de imaginar, eso es un cambio importante.
«Mi punto es muy simple», continúa, «Israel es un país con un aparato de política exterior que es muy activo, e Israel tiene muchos nuevos amigos en el mundo».
Aquellos sentados alrededor de sus mesas de Rosh Hashana podrían burlarse de esta última afirmación, señalando los últimos movimientos de Boicot, Desinversión y Sanciones, o declaraciones anti-Israel por parte de algún político europeo. Sin embargo Gold insiste que es verdad – aunque para verlo, dice, es necesario mirar más allá de Europa en el mapa.
«Hemos estado muy centrados en Europa en el pasado, y Europa sigue siendo, probablemente, nuestro principal socio comercial, pero hay otras relaciones emergentes al mismo tiempo, y se debe ser consciente de ellas antes de llegar a la conclusión de que hoy Israel está en una posición más precaria diplomáticamente de lo que estaba antes», dice, refiriéndose a los crecientes lazos con India, China, Japón y Vietnam.
Sí, pero ¿qué hay de Europa? Europa, responde, está pasando por un período de transición. Cita a un interlocutor de un país europeo clave que le dijo recientemente que con el continente enfrentando una afluencia masiva de refugiados, «la perspectiva europea está empezando a sonar un poco más como la perspectiva de Israel en materia de seguridad, comparada con lo que era en el pasado».
Hace unos 20 a 30 años, explica, Europa hablaba de un nuevo mundo sin fronteras y de la comunidad europea.
“Hoy esa perspectiva está cambiando radicalmente, y los europeos están cada vez más preocupados por estas oleadas de personas que vienen de Siria e Irak a su territorio, y están empezando a pensar mucho más en serio acerca de su necesidad de tener fronteras defendibles para Europa».
«Fronteras defendibles» es un concepto que Gold – tanto como académico y como diplomático – ha estado impulsando para Israel durante años, argumentando que las líneas de 1967 no son fronteras defendibles.
«Israel siempre enfrentó, en el pasado, el problema de que su perspectiva de seguridad nacional estaba completamente fuera de sincronización con cómo los europeos visualizaban el surgimiento de la comunidad europea y el mundo sin fronteras que estaba surgiendo», dice.
En esta mentalidad tipo John Lennon, de imaginar un mundo sin fronteras, los requisitos de seguridad de Israel y la insistencia de que necesita fronteras seguras, significaba que Jerusalén frecuentemente, como lo dice Gold, hablaba en un «lenguaje completamente diferente al de los europeos».
«Si se dice que todo el mundo se está convirtiendo en un grupo de personas anacionales, según los modelos europeos que existían hace 25 o 30 años, es un poco difícil de escuchar un argumento israelí. Pero ahora las cosas pueden estar empezando a cambiar un poco», dice.
Gold reconoce que, si bien ahora puede haber una mayor convergencia entre la forma en que Israel y la UE ven algunos aspectos del mundo, eso no se traducirá inmediatamente.
Sin embargo, dice, «Estoy tratando de señalar que no es como si todas las líneas de tendencias sean negativas, como algunos piensan».
Las líneas de tendencia, dice, también son positivas con los estados árabes sunitas regionales, aunque subraya que es «un trabajo en progreso». «Mucha gente», dice Gold, «está pensando en cómo Israel puede progresar con sus vecinos, dado el hecho de que nos enfrentamos a tamaños desafíos comunes – el primero y principal es Irán».
Aquí, añade, es posible aprender del modelo europeo, pero no en la forma en que la mayoría de la gente piensa.
En la década de 1990, señala, el viejo paradigma de paz en Medio Oriente postulaba que las relaciones económicas entre Israel y sus vecinos darían lugar a nuevas relaciones políticas; que la prosperidad contribuiría a la paz.
Y esa fórmula, dice, hasta cierto punto se basaba en el modelo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que se fundó en 1952 como un mercado común de antiguos adversarios europeos, Bélgica, Francia, Alemania Occidental, Italia, Holanda y Luxemburgo. Décadas más tarde, esto se convirtió en la Unión Europea.
La base del modelo europeo, explica Gold, era la «doctrina del funcionalismo», es decir que una vez que los países comienzan a cooperar en una determinada área funcional, se extiende a otras áreas. Por eso, dice, en los acuerdos de Oslo se puso tanto énfasis sobre la cooperación económica regional.
Pero si se quiere mirar la historia europea de posguerra, argumenta Gold, lo que provocó la emergencia de una nueva Europa y una gran cooperación, no fueron los factores económicos, sino más bien los factores de seguridad que amenazaban a países otrora enemigos.
«Una vez que Francia y Alemania enfrentaron la amenaza común de divisiones acorazadas soviéticas desplegadas en Alemania Oriental y Checoslovaquia, eso provocó la eventual formación de la OTAN y la cooperación de los países europeos, con EE.UU. a la cabeza de esa organización».
La analogía es obvia: si la amenaza soviética pudo unir a antiguos adversarios en Europa, la amenaza iraní podría ser capaz de hacer lo mismo en Medio Oriente.
«Creo que la analogía es que cuando se tiene a Irán por un lado, que plantea una amenaza para varios países de Medio Oriente, y por otro lado se tiene a ISIS [Estado Islámico] y sus organizaciones afines planteando una segunda amenaza, entonces eso obliga a los países a considerar la situación de manera muy similar, y tal vez, finalmente, cooperar en el futuro», dice Gold. «Y creo que esa es la analogía que uno debe mirar, en lugar de los factores económicos como clave para la paz regional».
Preguntado sobre si este tipo de cooperación ya está teniendo lugar, reconoce que no, pero que como «estudioso de la historia» está tratando de comentar sobre cuales son hoy las «lecciones relevantes para Israel de la experiencia europea, mucho más en el ámbito de seguridad que en el económico».
Hablando de las líneas de tendencia, dice que con la firma del acuerdo nuclear iraní, hay expertos en todo el mundo que ahora dicen que Irán tiene un papel positivo a desempeñar en la región.
Por eso, dice, era importante que Israel y Netanyahu protestara contra el acuerdo nuclear iraní, aunque no pudieran reunirse suficientes votos en el Congreso para bloquearlo.
«Creo que es importante para Israel señalar que Irán es la principal fuerza que socava la seguridad en Medio Oriente y que exporta terroristas a los cinco continentes», dice.
¿Pero es eso algo sobre lo que Netanyahu debía librar una batalla frontal perdida con Obama, y que ahora podría impactar negativamente en las relaciones israelíes-estadounidenses en el futuro? «Las relaciones interestatales no son relaciones interpersonales, y EE.UU. e Israel tienen una alianza profunda y fuerte», dice Gold. «El desafío para Estados Unidos e Israel es como participar en un muy difícil y público debate y, al mismo tiempo, al final del día trabajar juntos como socios en Medio Oriente. Creo que eso es posible, y es probablemente lo que va a suceder».
Intrigantes observaciones de vaso medio lleno de Gold en la víspera de un nuevo año.
http://www.jpost.com/Israel-News/Politics-And-Diplomacy/Seeing-eye-to-eye-416085
muy buena vision !!!!