Debido a las grandes tensiones que existen actualmente entre judíos y musulmanes, quizás sea un buen momento para recordar las últimas 5 historias reales (de una serie de 10) en las que judíos y musulmanes se han salvado la vida mutuamente, en ocasiones arriesgándolo todo. Si quieres ver las primeras 5 historias, haz clic aquí.
6. Donación de órganos
Cuando un terrorista suicida palestino se inmoló a bordo de un bus en el centro de Tel Aviv el 19 de septiembre del 2002, murieron cinco israelíes y también Jonathan Jesner, un joven judío proveniente de Escocia que se encontraba estudiando en una Ieshiva israelí por el año. Su familia ofreció donar sus órganos, señalando que Jonathan pretendía comenzar a estudiar para ser doctor en Londres al año siguiente. “El principio de salvar vidas es uno de los más grandes valores del judaísmo”, explicó el hermano de Jonathan, Ari, en ese entonces.
La decisión de su familia le salvó la vida a Yasmin Abu-Rumeileh, una niña palestina de siete años que había estado esperando por un riñón por dos años. Dina Abu-Rumeileh, la madre de Yasmin, dijo que quería conocer y dar sus condolencias a la familia de Jonathan Jesner y dijo que esperaba que otros pudiesen aprender de la experiencia de su hija “que necesitamos paz”.
Tres años más tarde, otra donación de órganos causó revuelo en Israel; esta vez era un niño palestino, cuyos órganos salvaron la vida de un judío. En noviembre del 2005, el pequeño de 12 años Ahmed Khatib fue herido de bala por error cuando apuntaba con un arma de juguete a soldados israelíes que estaban revisando el escondite de un terrorista en las cercanías. Ahmed fue llevado a un hospital israelí local. Cuando su vida estaba menguando, sus padres, Ismail y Abla Khatib, decidieron donar los órganos de su hijo. Siendo advertidos de que por cuanto se encontraban en un hospital israelí, algunos de sus órganos podrían ir a judíos —una idea radical para esta familia que vivía en una zona en la que los judíos generalmente eran llamados ‘el enemigo’—, ellos de todas formas decidieron seguir adelante.
A las pocas horas, seis israelíes recibieron trasplantes que les salvaron la vida: cuatro de los pacientes eran judíos. El entones Vice Primer Ministro, Ehud Olmert, llamó a los Khatibs para agradecer por su “noble gesto”. “La violencia en contra de la violencia es inútil”, dijo la madre; “quizás esto llegue a los oídos del mundo para que puedan distinguir entre lo justo y lo injusto. Quizás los israelíes van a pensar sobre nosotros de una forma diferente”, explicó.
7. Terror en París
Cuando un terrorista atacó el Supermercado Hyper Casher el 9 de enero del 2015 en París, cuatro judíos fueron asesinados. La matanza podría haber sido mucho peor si un trabajador musulmán —el asistente de 24 años Lassana Bathily— no hubiera intervenido.
Alertando a los compradores sobre la existencia de un pasillo en el congelador, Bathily escondió a varios judíos allí, apagó las luces y les dijo que se mantuvieran calmados. Volvió a la tienda a buscar ayuda. A pesar de que en un inicio la policía sospechó que se trataba de uno de los terroristas, Bathily se las arregló para explicar a los policías lo que ocurría en el interior; su información ayudó a la policía a ingresar al lugar y matar al terrorista que se encontraba en su interior.
Luego de una petición nacional de que le fuera otorgada la nacionalidad francesa a Bathily —quien era originalmente de Mali—, él se convirtió en ciudadano el 20 de enero del 2015. “Ayudé a judíos”, explicó Bathily, “Somos todos hermanos… no es un tema de judíos, cristianos o musulmanes; todos estamos en el mismo bote”.
8. Salvando a refugiados sirios
Mientras la guerra en Siria mata y desplaza cada vez a más personas, hay un país que ha ayudado a miles de civiles sirios sin obtener ninguna atención o crédito por ello. Los hospitales israelíes han estado tratando silenciosamente a sirios, a quienes se les advierte que no revelen nunca al volver a casa que fueron tratados en un hospital israelí.
Hospitales como el Rebecca Sieff de Safed y el Hospital de Galilea Occidental de Nahariya, ambos ubicados en la parte norte de Israel, estiman haber atendido a cientos de sirios cada año, quienes son llevados a Israel para recibir tratamiento de emergencia por facciones que luchan en contra del líder sirio Bashar Assad. Un tercio del costo de tratar a los sirios proviene del Ministerio de Defensa de Israel, un tercio del Ministerio de Salud y el resto es cubierto por los hospitales en forma particular. Cuando los sirios vuelven a casa luego de su estadía, los doctores israelíes remueven toda palabra en hebreo de las medicinas y de los artefactos médicos, de forma que los pacientes no tengan que decirles a sus vecinos y parientes que visitaron Israel, al cual muchos ven como un enemigo.
Los israelíes realizan acciones similares cuando donan dinero y bienes a sirios y a refugiados sirios. Una campaña de ayuda realizada el 2014 en Israel por una agrupación de organizaciones de ayuda recolectó 20.000 ítems —principalmente chaquetas, sabanas y sacos de dormir— de israelíes que querían ayudar a los refugiados sirios. Antes de donar, se les instruyó a los israelíes remover cualquier etiqueta en hebreo que tuvieran los ítems.
9. Un “Schindler judío”
El filántropo judeo-canadiense Yank Barry fue alguna vez conocido por ser el líder de la banda The Kingsmen, cuyo hit de 1963 “Louie Louie” aún es popular hoy en día. En años más recientes, Yank se ha hecho un nombre como humanitario y cofundador, junto con su amigo boxeador Muhammad Ali, de la Fundación Global Village Champions, la cual ayuda a proveer comida de emergencia alrededor del mundo.
En los últimos años, Yank ha trabajado para ayudar a recatar refugiados de Siria e Irak —musulmanes, cristianos y yazidis—, y los ayuda a asentarse nuevamente en Bulgaria. Una vez que están en Bulgaria, Yank y su esposa Yvette pagan hoteles para ellos; pagan sus comidas, van a conocerlos y se involucran en las vidas de las personas a quienes ayudan.
Inspirado en Oskar Schindler —el hombre de negocios alemán que salvó a 1.218 judíos durante el holocausto al emplearlos como esclavos en su fábrica—, Barry se propuso rescatar al menos esa misma cantidad de gente del Medio Oriente. En septiembre del 2014 superó esa meta y continúa ayudando a refugiados del Medio Oriente y apoyando a quienes ya se encuentran en Europa.
Explicando que los 13 hermanos de su abuelo Samuel fallecieron en Auschwitz, Yank quiere que la gente alrededor del mundo se levante y haga lo correcto, inspirados por quienes ayudaron a los judíos durante el Holocausto. “La gente se sorprendería de ver a un judío ayudando musulmanes”, explica, “pero cuando veo a esas personas veo lo mismo que ocurrió antes. Y hay increíbles similitudes. Los búlgaros escondieron judíos durante la guerra. Eso es inspirador, y si tienes corazón, tienes que hacer algo al respecto”.
10. “Un Ahmed va a salvar a tu hijo”.
Cuando un niño israelí de 13 años fue apuñalado por dos jóvenes palestinos el 11 de octubre del 2015, fue trasladado de urgencia al Hospital Hadassah apenas con vida, prácticamente sin pulso. En Hadassah fue atendido por dos doctores que ayudan a que Hadassah sea conocido como un importante centro de excelencia médica: el Dr. Ahmed Eid (65), un árabe musulmán, quien es el Jefe de Cirugía, y el Dr. Elchanan Fried, un judío ortodoxo que es el jefe del departamento de cuidados intensivos. El personal de Hadassah los llama “Beto y Enrique” o “Fried y Eid”.
Cuando el joven llegó al hospital, recuerda el Dr. Eid, se encontraba gravemente herido. “Sin presión sanguínea. Su pulso estaba bajo 40. Ventilado en la escena”, dijo Eid, quien corrió para comenzar con la cirugía. El Dr. Fried lo ayudó, recordando que el paciente “estaba más muerto que vivo”.
Luego de una cirugía que le salvó la vida, apoyada por un equipo en el que había judíos, musulmanes, cristianos, religiosos, seculares y ortodoxos, el niño se estabilizó y el Dr. Eid fue a la sala de espera a hablar con el padre del paciente. Ya le habían contado lo que ocurrió con los terroristas: Hassan Manasia (15) fue muerto por la policía luego de que atacó al niño de 13 años y a otro judío de 21 años; su primo de 13 años de edad, Ahmed Manasia, había sido herido por la policía y estaba siendo atendido en la otra filial del Hospital Hadassah en Jerusalem.
Cuando el Dr. Eid se dirigía a conocer al padre de la víctima, vio que se trataba de un judío ortodoxo. “Escuche, su hijo aún está vivo. Va a estar bien”, le dijo el Dr. Eid. “Le dije que mi nombre es Ahmed Eid, que soy el director de cirugía. Luego hice una broma, le dije: ‘Un Ahmed apuñaló a su hijo y un Ahmed va a salvarlo’”.
Ambos niños, quienes fueron tratados por equipos médicos compuestos de profesionales de distintas religiones, se recuperaron completamente
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