GUILAD SHALIT, EL NUEVO HÉROE DE ISRAEL

Ana Jerozolimski

Semanario hebreo. Uruguay

La firmeza y contención al mismo tiempo con que la familia Shalit libró la denodada lucha por liberar a su hijo del medio. Guilad, del cautiverio de Hamas, fue evidentemente no sólo un enfoque pasajero, sino una forma de vida que Noam y Aviva, los padres, transmitieron a Guilad…un joven callado, no exuberante ni especialmente expresivo, pero seguro de sí mismo , inteligente y de pensamiento claro, lo cual quedó reflejado ya en sus primeras manifestaciones desde ´su liberación. Introvertido, pero no porque no tenga qué decir.

“Si  los líderes de Israel tuvieran la esperanza y la sabiduría de Guilad Shalit”, era el título de una nota publicada esta semana en el matutino Haaretz.

Es justamente la calma, la serenidad aún en medio de una situación de emociones especialmente fuertes, lo que enaltece más aún a ojos de los israelíes la personalidad de Guilad Shalit. “Héroe”, le llamó el titular de uno de los diarios de mayor difusión en Israel, en la primera página, festiva, de su edición del miércoles, un día después de la liberación.

Es que de fondo está no sólo el drama de su regreso, sino lo que el joven soldado irradió apenas se le oyó a hablar, apenas se lo vio débil, pálido,  pero vivo y con la cabeza  funcionando más que bien.

Especialmente notorio fue su nivel e inteligencia, cuando en una extraña entrevista que le impuso la televisión egipcia, aún antes de pasar a manos israelíes, la cronista le recordó que “hay todavía 5.000 presos palestinos sufriendo en las cárceles israelíes”, preguntándole si ahora él va a “luchar” para que salgan. Shalit se detuvo un segundo, sonrió y dijo con calma: “Me alegrará que todos salgan”..agregando de inmediato lo que impactó a los israelíes. “Pero que dejen de luchar contra Israel, para que no haya guerras entre israelíes y palestinos”.

Fue una respuesta impactante e inteligente, dijeron todos los comentaristas israelíes.

La idea de la paz, sin embargo, no es nueva para Guilad. Cuando tenía tan solo 11 años, escribió un cuento para niños: “Cuando el tiburón y el pez se encontraron por primera vez”. Se trata en efecto de un pequeño pez y un gran tiburón que se encuentran en el agua y aunque son enemigos naturales, deciden optar por la alternativa y hacerse amigos.

Guilad conoció el dolor de la guerra a través de su propia familia, ya que el hermano mellizo de su padre Noam, cayó en los combates de la Guerra de Iom Kipur (del Día del Perdón), en 1973. A su nombre, Yoel, se llamó al hermano mayor de Guilad.

Hijo de una familia que durante años habló del sueño de volver a vivir tranquila, en silencio, con sus hijos, sin cámaras ni micrófonos de por medio, se convirtió sin saberlo en ciudadano honorario de París. Roma, Miami, Nueva Orleans, Baltimore y Pittsburgh. Pero para los Shalit, las grandes noticias de los últimos días eran que Guilad pidió salir a pasear un corto rato por las calles de Mitzpe Hila, que se reunió la noche siguiente a su liberación con un grupo de amigos de la infancia que quedaron impresionados por la integridad emocional que notaron en él., y que dos días después de volver a su casa salió a andar en bicicleta por su pequeño pueblo.

Al parecer, lo singular aquí no es solo el impresionante operativo para recuperarlo, sino el temple del propio Guilad, fruto lógico de una familia a la que nunca se oyó gritar ni perder los estribos a pesar de la firmeza de su lucha. Guilad,  que recibió un abrazo paternal del Comandante en Jefe del Ejército Tte.Gral. Beni Gantz y que le dijo al Premier Netanyahu que lo disculpe, que “estoy un poco débil”. Por algo, David Meidan, el primer israelí que lo vio  en el puesto fronterizo egipcio de Kerem Shalom, tras meses de haber mediado para lograr liberarlo, dijo emocionado: “Lo abracé un largo rato, él me agradeció por haber llegado a buscarlo, me dio la mano fuerte y ya no me la soltó más. Este muchachito, me conquistó el corazón”.