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¿Información o ideología en la edición digital de El Mundo?


Grupo ReVista Revista de Medio Oriente 10 de Enero de 2012

Desde el 26 de diciembre de 2011 y hasta el 1 de enero de 2012, la web del diario español El Mundo publicó una serie de 7 reportajes sobre Gaza, firmados por su enviada especial Rosa Meneses.

Bajo el título Palestina: Diario de resistencias, la propia presentación de los reportajes podía alertar al lector de que se encontraba frente a un ejercicio de parcialidad informativa:

«De la resistencia pacífica a las demoliciones de casas que practica el Gobierno israelí en Jerusalén Este y Cisjordania, al sufrimiento de los civiles en la Franja de Gaza sometidos al bloqueo de Israel por tierra, mar y aire. Un viaje al centro de un conflicto que marca la historia reciente de Oriente Próximo.»

Ni una sola palabra acerca del dolor israelí, y de que, los mismos días que Rosa Meneses publicaba estos artículos, Hamás se vanagloriaba de ser la responsable de la muerte de 1.365 israelíes y el lanzamiento de 11.039 cohetes o proyectiles de mortero contra el sur de IsraelPara la web de El Mundo eso es «resistencia pacífica».

  

¿PERIODISMO O IDEOLOGÍA?

  

Ante la lectura de los reportajes, cabe preguntarse si El Mundo pretendía elaborar una información neutral, equilibrada y veraz:

– Ocultación y descontextualización de datos básicos para entender el contexto

– Acceso a una sola versión del conflicto

– El sufrimiento y las víctimas israelíes no aparecen reflejados

– Utilización del lenguaje de Hamás

– Reproducción descontextualizada del discurso de Hamás

– Una leve mención pasajera a Guilad Shalit, sin explicar los 5 años de su secuestro

– Ni una referencia a la retirada de Gaza de 2005

– No se explica el régimen fundamentalista de Hamas del que los palestinos son sus primeras víctimas.

– Ni una entrevista a las ONG palestinas que denuncian torturas de palestinos en las cárceles de Hamas

– Entrevista a familias de «mártires» o de «presos del horror» sin explicar los atentados que cometieron en restaurantes o autobuses, asesinando aciviles y sin informar por qué fueron detenidos

– Absurda y falsa acusación (ni siquiera los habitantes palestinos la usan) de que»en Jerusalén hay apartheid».

  

ReVista de Medio Oriente ya había denunciado artículos anteriores de Rosa Meneses por ignorar la historia y por prestar unelogioso micrófono a un líder terrorista.

A continuación, algunas de las tergiversaciones escritas por Rosa Meneses al amparo de El Mundo:

1- CUANDO EL DOLOR ESTÁ ESCRITO EN EL APELLIDO.

La autora escribe sobre los trágicos acontecimientos en Zeitun durante la Guerra en Gaza en 2008-2009, centrándose en el dolor de la familia Samuni.

– Ni una palabra en todo el texto a los motivos por los que empezó la guerra, ni a los miles de misiles y cohetes disparados contra el sur de Israel por parte de Hamás y otros grupos terroristas, a pesar de que Israel se retirara completamente de Gazaen el año 2005.

– Meneses emplea continuamente la palabra «masacre» pero omite explicar que los grupos terroristas disparaban desdecentros urbanos como hospitales, casas, escuelas o mezquitas. Es crucial entender la diferencia básica entre un grupo terrorista (Hamás) que disparó con el objetivo de matar civiles en las ciudades del sur de Israel, y el ejército israelí que actuó contra esos comandos palestinos intentando evitar la muerte de civiles palestinos.

– Meneses hace suya la propaganda antiisraelí al afirmar que «los bombardeos israelíes sobre Gaza, que entre diciembre de 2008 y enero de 2009 provocaron más de 1.400 muertos (la mayoría civiles).»

¿Desconoce la autora que según los propios portavoces de Hamas, la mitad o más de los muertos en la operación eran milicianos o efectivos de sus cuerpos de seguridad?

– Escribe Meneses, «todos los horrores que viven los civiles de este pequeño territorio palestino bajo bloqueo israelí desde 2006.»

 

Israel no bloquea Gaza desde 2006. En el 2006, Hamás secuestró a un soldado en territorio israelí, al que Rosa Meneses ni menciona, y desde entonces Israel aplicó varias medidas de presión para liberarlo. Pero el bloqueo tal y como se conoce (aunque hoy todos los productos pueden entrar en Gaza) se inició a partir del verano del 2007 cuando Hamás expulsó a Al Fatah del poder, asesinando a decenas de sus miembros a sangre fría. En ese momento, Gaza se convirtió en una entidad hostil para Israel al ser una zona gobernada por un grupo terrorista (definición de la UE y EEUU) cuyo objetivo reconocido es la destrucción del estado de Israel y que lanza diariamente cohetes y misiles de forma intencionada contra civiles. La comunidad internacional avaló entonces el bloqueo, que hoy en día no es efectivo (hay una entrada de casi 300 camiones diarios) y recientemente legitimó el bloqueo naval a través del Informe Palmer.

– «Los soldados israelíes concentraron a un centenar de civiles, incluidos niños de corta edad, en una casa sin agua ni electricidad. Horas después, la bombardearon»

La autora narra los hechos de manera a que la tragedia de Zeitun parezca una acción voluntaria israelí, lo que es totalmente falso.

– En referencia a la situación de miseria actual, Meneses reporta la opinión de un entrevistado: «El padre de la familia, Mayid Hamdi Samuni, responde con una medio sonrisa cuando se le pregunta por su situación. «Echa un vistazo a la casa y podrás juzgar en qué situación estamos».

Pero Meneses no explica en ningún momento que esa miseria es responsabilidad de Hamás, que recibe millones de dólares de países como Irán, además de cobrar impuestos en los túneles de contrabando que administra.

2- GAZA, UN «TSUNAMI DIARIO» EN LA «MAYOR PRISIÓN DEL MUNDO» y 3- RAFAH, LA ÚNICA VENTANA DE GAZA PARA ASOMARSE AL MUNDO

En estos dos artículos, Rosa Meneses repite algunas de los errores del anterior, como situar el inicio del bloqueo en el 2006 y volver a dar la falsa cifra de muertos civiles.

En el primero, cita a un profesor hablando acerca de «los niveles de democracia» afectados supuestamente por el bloqueo. Pero paradójicamente, Rosa Meneses olvida mencionar que Hamás aplica un régimen de terror contra todo palestino que no comparta las tesis del movimiento, prohíbe manifestaciones de Al Fatah o grupos que no sean Hamás, prohíbe incluso la celebración de Navidadmargina a las mujeres y persigue a los homosexuales a través de su «policía moral».

Recordemos que Hamás, considera un héroe a Bin Laden, cuya muerte condenó, algo que puede ayudar a explicar quién es el verdadero Ismael Haniye, que Rosa Meneses y El Mundo ocultan a lo largo de sus amplios 7 reportajes.

– «El bloqueo restringe severamente la importación y exportación de bienes y productos»

Desde junio del 2010, Israel permite la entrada en Gaza de una media de 280 camiones con todo tipo de productos excepto armas y aquellos que puedan ser de doble uso (militar). Ni una referencia a que a Hamás el bloqueo le beneficia para suespectacular negocio de los túneles de contrabando de los que cobra un impuesto.

– Asegura el diario que «El desempleo alcanza el 40%, unas cifras «peores que las que se dan en Ruanda»

Sin embargo, según las cifras oficiales, el desempleo de Gaza descendió en 2011 al 25% (recordemos que la tasa de desempleo en España ese mismo año llegó al 22,9%). Por otra parte, es sorprendente la comparación con la tasa de desempleo en Ruanda, que según los datos oficiales, no está disponible (NA%)

Estos artículos por otra parte, omiten mencionar los numerosos pacientes de Gaza que son tratados en hospitales israelíes.

Tampoco se menciona en ellos la imprescindible ayuda económica que Hamás recibe de parte de Irán. Esta aportación financiera se estima en US$ 20.000.000 – US$ 30.000.000 al año. No parece interesarle a Rosa Meneses ni a El Mundo ¿qué ha hecho el grupo terrorista con el dinero? ¿Por qué no ayuda a su pueblo en vez de seguir invirtiendo en arsenales?

4- SED DE AGUA POTABLE EN GAZA

Al margen de reiterar las cifras erróneas de anteriores artículos respecto al bloqueo y a la tasa de desempleo, este texto se centra en los problemas en relación al agua y a su distribución en la zona.

Rosa Meneses cita a Omar Shatat del Servicio de Aguas de los Municipios Costeros: «Tenemos un serio déficit de agua. Ya no podemos depender del acuífero: en 2016, todos los pozos se habrán secado».

Pero Meneses no matiza que Gaza no es la única zona de Medio Oriente que enfrenta escasez de agua. Israel, Jordania, Líbano y otros países también sufren esa misma carencia.

De hecho Israel proporciona recursos acuíferos a sus vecinos, a pesar de la gran escasez que sufre el propio país.

Escribía Alex Safian un extenso artículo al respecto donde se pueden leer las cifras oficiales:

«Israel suministra más de 4 millones de metros cúbicos cada año a la Franja de Gaza a través de la Línea de Kissufim del Acuario Nacional, sirviendo las localidades palestinas de el–Bureij, Moazi, Abason, Bani Suheila y el kan Yunis.

Israel no solo envía agua a los palestinos. «A pesar de tener un suministro magro de agua, Israel ha proporcionado 600,000 metros cúbicos del líquido a 10 pueblos áridos en el sur del Líbano y, como un favor al rey Hussein de Jordania, 55 metros cúbicos anuales a ese país. Quizás ningún otro país, afrontando la severa escasez que tiene Israel ha compartido tanta agua con tantos de sus vecinos.

Hay que destacar además que Israel obtiene la mitad de su agua del Mar de la Galilea y del Acuífero Costero, ambos ubicados completamente dentro de los límites de Israel anteriores a 1967. Otro 30 por ciento proviene de los Acuíferos Occidental y Nororiental, que se ubican muy cerca de Cisjordania, pero la mayor parte de esa agua está debajo del Israel anterior a 1967.

5- EL «MUSEO DEL HORROR» DE LOS PRESOS PALESTINOS

En este artículo (que reitera la falsa información respecto al bloqueo), Rosa Meneses abraza la cultura del martirologio de Hamás sin un mínimo planteamiento crítico hacia ese grupo que, recordemos, se vanagloria de sus atentados terroristas y de haber asesinado 1.365 israelíes, civiles en su inmensa mayoria. Pero aunque es imposible exigirle una posición neutral en el conflicto entre los grupos terroristas e Israel, al menos sí que es su obligación periodística no omitir datos clave. Cuando se entrevista a un preso, lo mínimo que el lector debe saber es por qué fue detenido y encarcelado.

1- Meneses tilda al preso liberado «Zidane Mohamed Zidane, de «joven enclenque», sin ni siquiera explicar que este preso liberado en el canje por Shalit fue detenido en el 2002 tras intentar sin éxito explotar su bolsa llena de explosivos en Israel. El terrorista que podia haber matado a decenas de civiles es para el medio, tan sólo un «joven enclenque».

2- «El Tribunal Supremo prohibió oficialmente las torturas físicas en Gaza», cuando Israel se retiró completamente de Gaza en el 2005, dato fundamental que la autora obvia en estos artículos. Las únicas torturas que hay en Gaza son las que sufren los militantes de Al Fatah a manos de Hamás. Las cárceles israelíes son tan «crueles» que cada preso palestino puede estudiar en la universidad a distancia, ve canales de TV por satélite, reciben visitas de abogados y ONG internacionales. La comparación con Guantánamo es tan equivocada y fantasiosa que solo la usa la periodista, que por otro lado escribe elogiosamente sobre los «shahids» sin explicar que detrás de este término hay numerosas familias destrozadas por sus acciones en pizzerías, autobuses o discotecas.

3- «Israel mantiene que este bloqueo es necesario para evitar el lanzamiento de misiles caseros de Gaza a los asentamientos judíos cercanos»: llamar a las decenas de ciudades o kibutz en el sur de Israel «asentamientos judíos» es una falacia. Ahsdod o Beer Sheva no son «asentamientos» sino ciudades en territorio israelí reconocidos internacionalmente. La terminología que Rosa Meneses emplea es la que utiliza el grupo terrorista Hamás para justificar sus ataques contra autobuses escolares, escuelas, guarderías y centros comerciales en esas ciudades.   4- Los «misiles caseros» han matado a casi 30 israelíes y no son tan caseros si llegan a distancias de 30 o 40 km. Más de 1 millón de israelíes vive desde hace 10 años bajo la amenaza de los ataques desde Gaza. Ni una palabra al respecto en sus reportajes.

5- En Israel no hay 6000 presos palestinos como asegura Meneses, sino entre 4500 y 5000, según las ONG internacionales, israelíes y de la Autoridad Palestina. En su mayoría son responsables de atentados sangrientos. 

6- «Son los míticos túneles que conectan la Franja con la frontera egipcia». La autora explica que por esos «míticos túneles» entra de todo, pero curiosamente no menciona una sola palabra respecto a la cantidad de armas que también se introducen por ahí o al negocio a su alrededor que se ha montado el regimen de Hamás. Ni una mención a la cantidad de dinero recibido por el Gobierno Hamás que lo invierte casi todo en su arsenal. Las colonias desmanteladas en el 2005 por Israel no son hoy escuelas o casas, sino bases militares de Hamás y la Yihad.

 

Ante este artículo que emplea la falsa comparación de la situación de Jerusalén con el Apartheid Sudafricano, ReVista de Medio Oriente volvió a contactar con el diario El Mundo, a quien envió la siguiente carta, que no obtuvo respuesta:

«Lamento tener que volver a comunicarme con ustedes para protestar por un nuevo artículo tendencioso y lleno de omisiones, que su enviada especial a Gaza firma en su web. El reportaje de Rosa Meneses (‘Apartheid’ en Jerusalén) contiene múltiples tergiversaciones y es un claro ejemplo de activismo político en lugar de una pieza informativa.

Para empezar, cualquier persona que haya visitado la ciudad vieja, donde viven miles de palestinos, sabe que ahí no existe muro alguno, tal y como afirma Meneses.

Por otra parte, no es correcto usar el término Apartheid (y menos aún «limpieza étnica») para definir la situación de los palestinos de Jerusalén Este. El Apartheid fue un régimen segregacionista en Sudáfrica, pero sólo hay que dar una vuelta por Jerusalén Oeste para ver la cantidad de palestinos que trabaja o vive alli. Ni tan siquiera ellos mismos hablan de «apartheid». De hecho, una reciente encuesta de la Pechter Middle East Polls indicaba que, en su mayoría, los palestinos de Jerusalén Este preferirían seguir bajo soberanía israelí que en un hipotético futuro Estado palestino. No parece coincidir con la acusación de Meneses, que ni tan siquiera se toma el trabajo de contrastar su información, repitiendo ciegamente sólo una de las versiones del conflicto, la versión palestina oficial y la del «gobernador de Jerusalén Este», un cargo que por cierto no existe.

Curiosamente, cerca de las zonas de las que habla la autora se encuentran la Universidad Hebrea de Jerusalén y un importante hospital. En ellos estudian y trabajan miles de palestinos. Hubiera sido interesante que la autora no omitiera esos detalles.

Recientemente, el propio juez sudafricano Goldstone aseguraba en un artículo en New York Times que «La acusación de que Israel es un Estado de apartheid es falsa y maliciosa, e impide —en lugar de promover— la paz y la armonía».

Que Rosa Meneses decida tomar partido y convertirse en una activista política, sólo le incumbe a ella. Pero que su medio se haga eco de tanta tendenciosidad y que sirva de altavoz para la difamación sistemática del Estado de Israel es realmente preocupante.

El Mundo.es un medio serio y líder de opinión. Eso les otorga una mayor responsabilidad a la hora de informar. El daño que estos artículos hacen es difícilmente reparable. Y no es un daño sólo a la imagen de Israel, sino a la de la esencia del periodismo mismo, que exige mostrar ambas partes de la historia y permitir al lector formarse su propia impresión.

Por ello, me permito preguntarles: ¿están ustedes preparando otra serie de reportajes para contrarrestar los de la señora Meneses? ¿Publicarán ustedes un amplio artículo en la web desligándose de la propaganda vertida durante todos estos días?

7- DESDE GAZA, ALENTANDO LA REVOLUCIÓN

 

Este artículo se centra en la figura de la bloguera Rashid Mansur. Al margen de volver a reiterar falsedades sobre el bloqueo y el supuesto aislamiento total de Gaza, llama la atención la foto de la joven fumando en pipa. Es paradójica la elección de la imagen, cuando Hamás prohibió recientemente a las mujeres de la Franja fumar en pipa en público. Algo que no menciona Rosa Meneses, ni El Mundo, que parecen más interesados en transmitir una imagen de modernidad en Gaza aplastada por Israel y no por sus propios gobernantes.

 

   En estos reportajes de Rosa Meneses, difundidos por ELMUNDO.es, Hamás parece un grupo de caridad y no el movimiento fundamentalista y terrorista que dice aspirar a un Estado palestino islámico, que pide la destrucción del Estado de Israel y que define a los judíos como «infieles y monos». Es ese mismo grupo que hace pocos días, mientras El Mundo alababa su «resistencia pacífica» anunciaba que «la lucha armada es la única vía para acabar con la entidad sionista».

Todo periodista tiene derecho a tener sus opiniones personales y abrazar las causas que considere oportunas, pero la manipulación y omisión de los hechos, disfrazadas de supuesta información, son una grave falta a la ética periodística y una deslealtad hacia sus lectores


 
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