Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo.
Uruguay Los comentarios que oímos últimamente a diestra y siniestra sobre la opción militar que Israel estaría considerando para frenar o demorar el plan nuclear de Irán, dejan la sensación de que busca guerra, que no quiere recurrir a la diplomacia y que su deseo es una confrontación. Claro está que es válido discutir si un ataque militar sería lo más apropiado, si el precio valdría la pena, si el riesgo no es demasiado grande y si ese precio tiene sentido cuando no hay aún plena certeza acerca de lo que lograría una ofensiva.
Pero lo que no nos parece irrefutable e indiscutible, es que el primer amenazado aquí, no es Irán, sino Israel. En octubre del 2005, en una conferencia «Un mundo sin sionismo» llevada a cabo en Teherán, el Presidente Ahmadinejad declaró: «Nuestro querido Imam Khomeini ordenó que este régimen que ocupa a Jerusalem sea borrado de las páginas del tiempo.Esa fue una declaración muy sabia».Y en el mismo discurso, agregó: «Pronto, esta mancha de desgracia será limpiada de la prenda del mundo islámico.Y es algo que podemos lograr».
Pero cabe recalcar que el régimen iraní habla de la eliminación de Israel, desde mucho antes de la aparición de Ahmadinejad en el escenario internacional.Y lo más elocuente al respecto son las imágenes que acompañaron a menudo el mensaje, con las que no queda lugar a dudas. En un desfile militar en Teherán, en el que fueron expuestos misiles Shahab 3 -cuyo alcance es de 1300 kilómetros y por ende es capaz de cubrir la totalidad de Israelel vehículo que los llevaba tenía una frase explícitamente llamando a la destrucción de Israel. Y en un edificio que sirve como sede de los Basij, o sea las «fuerzas de movilización » que sirven de reserva para las Guardias Revolucionarias de Irán , cuelga un cartel enorme en el que se lee que Israel debe ser «borrado de la faz de la Tierra».
Y quizás lo más directamente vinculado a la eventualidad de una amenaza nuclear de Irán, quedó reflejado en las declaraciones del ex Presidente Rafsanjani el 14 de diciembre del 2000: «Si algún día, que será por supuesto un día muy importante, el mundo islámico también tendrá las armas que hoy tiene Israel, la estrategia imperialista se estancará, porque el uso de una sola bomba atómica siquiera contra Israel, le borrará de la faz de la tierra, mientras que sólo causará algún daño el mundo islámico».
Y por si alguien alega que Ahmadinejad ya no será Presidente cuando las elecciones del año próximo, recordaremos que él puede parecer el más llamativo, pero no es el único y que la posición del régimen iraní en favor de la destrucción de Israel, no es invento suyo.
Ya en diciembre del 2000, en una transmisión por televisión en un sermón de viernes, el jefe Supremo el Ayatollah Ali Khamenai declaró: «La posición de Irán, expresada por primera vez por el Imam Khomeini y declarada varias veces por gente a cargo, es que el tumor cancerígeno llamado Israel debe ser arrancado de raíz de la región».
Al mes siguiente, declaró: «El tema perpetuo para Irán es la eliminación de Israel de la región»,.
Hace aproximadamente un mes, el 6 de febrero, la agencia noticiosa iraní ALEF-que como todas , está controlada por las autoridades – publicó un llamado explícito a destruir a Israel, titulando su pieza «El pueblo israelí debe ser aniquilado», y acompañando el texto con un mapa en el que están indicadas ciudades de Israel. La polémica sobre la necesidad, inevitabilidad y problemática de la opción militar israelí contra Irán, es legítima. Pero no se puede olvidar la fuente misma del problema, que llega desde Irán.
Ana Jerozolimski Semanario Hebreo. Uruguay Los comentarios que oímos últimamente a diestra y siniestra sobre la opción militar que Israel estaría considerando para frenar o demorar el plan nuclear de Irán, dejan la sensación de que busca guerra, que no quiere recurrir a la diplomacia y que su deseo es una confrontación. Claro está que es válido discutir si un ataque militar sería lo más apropiado, si el precio valdría la pena, si el riesgo no es demasiado grande y si ese precio tiene sentido cuando no hay aún plena certeza acerca de lo que lograría una ofensiva.
Pero lo que no nos parece irrefutable e indiscutible, es que el primer amenazado aquí, no es Irán, sino Israel. En octubre del 2005, en una conferencia «Un mundo sin sionismo» llevada a cabo en Teherán, el Presidente Ahmadinejad declaró: «Nuestro querido Imam Khomeini ordenó que este régimen que ocupa a Jerusalem sea borrado de las páginas del tiempo.Esa fue una declaración muy sabia».Y en el mismo discurso, agregó: «Pronto, esta mancha de desgracia será limpiada de la prenda del mundo islámico.Y es algo que podemos lograr».
Pero cabe recalcar que el régimen iraní habla de la eliminación de Israel, desde mucho antes de la aparición de Ahmadinejad en el escenario internacional.Y lo más elocuente al respecto son las imágenes que acompañaron a menudo el mensaje, con las que no queda lugar a dudas. En un desfile militar en Teherán, en el que fueron expuestos misiles Shahab 3 -cuyo alcance es de 1300 kilómetros y por ende es capaz de cubrir la totalidad de Israelel vehículo que los llevaba tenía una frase explícitamente llamando a la destrucción de Israel. Y en un edificio que sirve como sede de los Basij, o sea las «fuerzas de movilización » que sirven de reserva para las Guardias Revolucionarias de Irán , cuelga un cartel enorme en el que se lee que Israel debe ser «borrado de la faz de la Tierra».
Y quizás lo más directamente vinculado a la eventualidad de una amenaza nuclear de Irán, quedó reflejado en las declaraciones del ex Presidente Rafsanjani el 14 de diciembre del 2000: «Si algún día, que será por supuesto un día muy importante, el mundo islámico también tendrá las armas que hoy tiene Israel, la estrategia imperialista se estancará, porque el uso de una sola bomba atómica siquiera contra Israel, le borrará de la faz de la tierra, mientras que sólo causará algún daño el mundo islámico».
Y por si alguien alega que Ahmadinejad ya no será Presidente cuando las elecciones del año próximo, recordaremos que él puede parecer el más llamativo, pero no es el único y que la posición del régimen iraní en favor de la destrucción de Israel, no es invento suyo.
Ya en diciembre del 2000, en una transmisión por televisión en un sermón de viernes, el jefe Supremo el Ayatollah Ali Khamenai declaró: «La posición de Irán, expresada por primera vez por el Imam Khomeini y declarada varias veces por gente a cargo, es que el tumor cancerígeno llamado Israel debe ser arrancado de raíz de la región».
Al mes siguiente, declaró: «El tema perpetuo para Irán es la eliminación de Israel de la región»,.
Hace aproximadamente un mes, el 6 de febrero, la agencia noticiosa iraní ALEF-que como todas , está controlada por las autoridades – publicó un llamado explícito a destruir a Israel, titulando su pieza «El pueblo israelí debe ser aniquilado», y acompañando el texto con un mapa en el que están indicadas ciudades de Israel. La polémica sobre la necesidad, inevitabilidad y problemática de la opción militar israelí contra Irán, es legítima. Pero no se puede olvidar la fuente misma del problema, que llega desde Irán.
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