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| sábado noviembre 23, 2024

La ruta para un ataque iraní contra Israel


Líderes políticos y militares israelíes han advertido ante la posibilidad que ocurra una gran confrontación militar con Irán, siendo su objetivo disuadir a Israel que interrumpa sus intentos de construir bases militares en Siria e Irak y edificar fábricas en las que Hezbollah pueda convertir su enorme arsenal de cohetes en misiles de precisión. Esta amenaza es mucho más aguda ante el fracaso estadounidense de responder a las recientes provocaciones iraníes en el Golfo. Israel debería adoptar un nuevo enfoque estratégico y agresivo para enfrentar esta mayor amenaza, en coordinación con los Estados Unidos y en consultas con Rusia.

El primer ministro israelí Binyamin Netanyahu, advirtió recientemente que el aumento de las provocaciones iraníes y la ausencia de una respuesta por parte de los Estados Unidos pudiera conducir a una peligrosa confrontación militar entre Israel e Irán. Algunos perciben esta advertencia como un simple alarmismo ante dos elecciones inconclusas. Ninguno de los dos candidatos principales al cargo de primer ministro, Netanyahu o Binyamin Gantz han podido formar gobierno. Portavoces y comentaristas opositores sugieren que la advertencia de Netanyahu es mera manipulación diseñada para romper el cerco político e impulsar la creación de un gobierno de unidad nacional similar al que este favorece.

Sin embargo, el Jefe del Estado Mayor de las FDI, el Teniente General Aviv Kochavi y el Mayor General Aharon Haliva, jefe de la Dirección de Operaciones de las FDI, han emitido advertencias similares.

Expertos militares y estrategas argumentan que un ataque militar iraní contra Israel es solo cuestión de tiempo. La debilidad estratégica de los Estados Unidos, tal como se refleja en su incapacidad para responder a una serie de provocaciones iraníes en el Golfo, pudiese brindar una oportunidad para un ataque iraní. El objetivo principal de tal ataque sería hacer disuadir a Israel de sus implacables ataques contra la infraestructura militar que Irán está intentando construir en Siria y recientemente en Irak.

Irán, de hecho, ha atacado a buques tanqueros petroleros e instalaciones petroleras sauditas y derribó un costoso avión de inteligencia estadounidense sobre aguas internacionales. Irán está construyendo instalaciones para convertir el enorme arsenal de cohetes de Hezbollah en armamento mucho más preciso y mortal. Está tratando de agregar un tercer frente militar contra Israel en Siria e Irak (los otros dos se encuentran en el Líbano y Gaza) y utiliza a la organización terrorista Yihad Islámica en Gaza con el propósito de atacar ciudades y pueblos israelíes y sabotear el esfuerzo que realiza Egipto para lograr calma en la zona. Irán también viola sistemáticamente el acuerdo nuclear del 2015, el cual fue firmado por las potencias europeas junto a los Estados Unidos.

El 6 de noviembre de 2019 Irán comenzó a alimentar más de 1.044 centrifugas con gas de uranio en la instalación nuclear Fordow. El objetivo es enriquecer uranio al 20%. Para fines pacíficos, el uranio solo necesita enriquecerse de un 3 al 5% y de hecho el acuerdo nuclear le permite a Irán enriquecer uranio solo hasta un 3.67%. Cualquier concentración más allá de ese nivel pudiese indicar un plan para ensamblar armamento nuclear, que requiere de una concentración del 85-90%. Una vez que se alcanza el nivel del 20%, el enriquecimiento de uranio puede aumentarse al 90% con bastante rapidez.

Irán también planea aumentar diez veces su producción de uranio enriquecido en la instalación nuclear de Natanz. El 4 de noviembre, mencionó que este se encuentra desarrollando centrifugas avanzadas que pueden enriquecer uranio a mayor velocidad.

La decisión de Trump de abstenerse a tomar represalias contra las provocaciones de Irán en el Golfo, su afán de reunirse con el Presidente de Irán Hassan Rouhani en la reciente Asamblea General de la ONU, su disposición de levantar las fuertes sanciones que le impuso a Irán a cambio de la reunión y las posibles negociaciones sobre un nuevo acuerdo en materia nuclear y su decisión de retirarse de las áreas controladas por los kurdos cercana a la frontera turco-siria alientan a Irán a creer que Estados Unidos es débil y no está preparado para utilizar la fuerza contra las provocaciones militares o los nuevos esfuerzos para acelerar su propia búsqueda de armamento atómico. Los líderes del régimen pueden haber llegado a la conclusión que Estados Unidos es ahora un aliado muy poco confiable que no tomará represalias fuertes contra las violaciones del acuerdo nuclear o contra un ataque sobre Israel.

El 14 de septiembre de 2019 Irán atacó la instalación petrolera saudita en Abqaiq, una de las instalaciones de producción de petróleo más importantes del mundo. El ataque sorpresa fue lanzado desde Irán y llevado a cabo por sofisticados y precisos misiles tipo crucero y drones de ataque. Teherán afirma que el ataque fue llevado a cabo desde Yemen por rebeldes houties. Esto no es cierto. Las evidencias muestran claramente que el ataque provino desde territorio iraní.

Es obvio que Irán no atacara a Israel directamente desde su propio territorio. Es mucho más probable que utilice a sus agente-estados en la región. Afortunadamente, Irán perdió parte del elemento sorpresa ante Israel, ya que utilizó misiles crucero de precisión guiados contra Arabia Saudita.

Israel se prepara para responder defensiva y ofensivamente ante la perspectiva de un posible ataque de misiles crucero y de drones iraníes. Una estrategia israelí debería incluir varios componentes clave. Primero este debe revelar el plan de Irán. Luego debería amenazar con represalias directas y masivas y dejar en claro que el Líbano, Siria, Irak y Gaza pagarán muy caro si los ataques contra Israel parten desde dentro de sus territorios.

En la Segunda Guerra del Líbano en el año 2006, Israel diferenció de manera precisa entre el Líbano y Hezbollah. Esta distinción realmente no aplicaba para ese entonces y ciertamente no aplica ahora. Si Israel es atacado desde territorio libanés, este atacará a todo el Líbano en respuesta al ejército libanés y a Hezbollah. Lo mismo es cierto para Siria. Israel está tratando de persuadir al Presidente sirio Bashar Assad y a Rusia que si Israel es atacado desde territorio sirio, es Assad quién pagará por ello y su régimen estará en peligro.

La coordinación de información con los Estados Unidos y las consultas con Rusia son críticamente importantes. A pesar que Estados Unidos no respondió a las provocaciones iraníes, la reciente decisión de retirarse del norte de Siria, el próximo proceso de juicio político contra el Presidente Trump y las elecciones presidenciales del año 2020, Israel debería consultar con la administración estadounidense sobre las respuestas alternas a un ataque por parte de los iraníes. Jerusalén también debería intentar persuadir a Trump a que emita una advertencia de que los ataques contra Israel similares a los lanzados contra Arabia Saudita provocarían una severa reacción estadounidense.

Del mismo modo, Israel debería informarle a Rusia sobre una posible acción militar israelí luego de cualquier ataque perpetrado por Irán, especialmente si este proviene desde territorio sirio. Rusia no se ha sentido muy a gusto con los intercambios bélicos entre Israel y las fuerzas iraníes quienes intentan construir una base en Siria. Rusia no ha protestado por las acciones militares israelíes en Siria y siente preocupación por la supervivencia del régimen de Assad en caso de que algún ataque iraní se origine desde dicho lugar.

Todos estos componentes estratégicos pudieran muy bien crear cierto nivel de disuasión o al menos limitar el daño que pudiera hacer cualquier posible ataque iraní. Sin embargo, dadas las circunstancias cambiantes en la región, incluso un ataque limitado pudiera desencadenar una guerra importante que nadie desea en lo absoluto, al menos en este momento.

El liderazgo militar de Irán a menudo amenaza con aniquilar a Israel o al menos destruir Tel Aviv. En vista de la creciente probabilidad de que se suceda una confrontación militar directa entre los dos estados, los israelíes harían bien en recordar las palabras de Elie Wiesel: “Es mejor creer en las amenazas de nuestros enemigos que en las promesas de nuestros amigos”.

 

El profesor Eytan Gilboa es director del Centro de Comunicación Internacional y miembro asociado en investigación sénior en el Centro BESA de Estudios Estratégicos de la Universidad Bar-Ilan.

Traducido por Hatzad Hasheni

 
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