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| domingo noviembre 24, 2024

Jerusalem. Eterna E Indivisible. ¿Por Qué Ésta Y No Otra Ciudad Para El Pueblo Judío?


Historia De Jerusalem

 

El Rey David conquistó la ciudad de Jerusalem en el año 1004 A.E.C. (antes de la Era Común) que estaba en poder de los jebuseos, que era un pueblo canaanita que aún no había sido conquistado desde la época de Ieoshua Bin Nun, líder que sucedió a Moisés.

Previamente a la conquista, David ofreció a los Jebuseos abandonar la ciudad en paz y ellos rechazaron la oferta y decidieron enfrentar a David. El libro de Samuel cuenta que la ciudad fue conquistada porque los judíos ingresaron a través de un túnel subterráneo. El nuevo Rey de Israel se estableció allí y cambió su nombre por la Ciudad de David. En esta ciudad se establecieron la Corte, la Sede del Gobierno y su Palacio. Se construyó un altar y se trajo allí el Arca Sagrada (Aron Haberit) que posteriormente fue llevada al Bet Hamikdash (Sagrado Templo de Jerusalem) que fuera erigido por el Rey Salomón.

El Rey David reinó por 33 años. La ciudad de Jerusalem estaba ubicada en la frontera entre el territorio que le correspondía a la tribu de Biniamin y el territorio de Yehuda. Es importante destacar que esta ciudad no le pertenecía a ninguna de las tribus de Israel puesto que no fue conquistada ni por Biniamin ni por Yehuda. Es precisamente esa neutralidad, como señala el Rabino Yosef Bitton, que le permitía ser capital de Israel y pertenecer a todas las tribus por igual. En consecuencia, ninguna tribu podía reclamar posesión exclusiva sobre Jerusalem, puesto que el Rey David la conquistó con fuerzas militares nacionales o sea de ninguna de las 12 tribus de Israel en particular, sino con una fuerza militar que representaba al Rey, o sea al poder federal.

La historia refiere que el Rey David fija su atención en unas tierras adyacentes a Jerusalem que eran de propiedad privada de Aravna el Jebusita. Esto es el Monte Moriá, lugar al que Abraham llevó a su hijo Itzjak a realizar el sacrificio que le fuera encomendado y también esta área es el predio del Bet Hamikdash (Sagrado Templo de Jerusalem), el Kotel Hamaaravi (Muro de los Lamentos), la explanada del Kotel, la ciudad vieja, etc. Es fundamental señalar que Aravna le ofrece al Rey David ceder esta propiedad gratuitamente, pero el Rey David insistió en que la quería comprar, cosa que realizó mediante el pago de 600 Shekalim , suma que habría sido pagada por las 12 tribus de Israel, contribuyendo cada tribu con 50 Shekalim. Estos lugares de Israel no podrían ser disputados en la actualidad por los descendientes de los Canaanitas (ya desaparecidos) al pueblo judío, puesto que estas tierras no fueron conquistadas por la fuerza sino compradas legítimamente por el pueblo judío.

Si nos remontamos incluso más atrás en la historia, la Torá cuenta que la tierra fue dividida originalmente entre los tres hijos de Noé, uno de los cuales era Shem que habitó la tierra de Israel y fue bisabuelo de Abraham.

Jerusalem jamás fue capital de ningún poder o ningún pueblo o ningún reino que no sea el Reino Judío de David y Salomón. Es un hecho indiscutible que el judaísmo es la primer religión monoteísta de la historia y consecuentemente son indiscutibles sus raíces con Jerusalem y la tierra de Israel ya que estos hechos sucedieron 10 siglos antes de la aparición del Cristianismo y 17 siglos antes de la aparición del Islam.

Jerusalem no se menciona en el Corán – ni por el nombre árabe de al-Quds, ni por al-Maqdis, como la ciudad es más comúnmente conocida en la literatura árabe. Esto es más sorprendente a la luz del hecho de que docenas de pasajes del Corán se basan en historias de la Biblia hebrea y la literatura rabínica en los que Jerusalem se menciona en innumerables ocasiones. Tampoco durante 1.300 años de dominio musulmán en esta región, ni una vez Jerusalem fue capital de un califato.

Jerusalem tampoco es el lugar hacia el que rezan los musulmanes, no se menciona ni una sola vez en las oraciones, y no guarda relación con ningún acontecimiento mundano de la vida de Mahoma. La ciudad nunca fue capital de un estado musulmán soberano, y nunca fue centro cultural ni académico. Nada de importancia política para los musulmanes partió de allí.

 

SIGLO XX y XXI

 

La resolución 181 de las Naciones Unidas del 29 de Noviembre de 1947 recomendó la partición de Palestina en un Estado Judío y otro Árabe, pero Jerusalem y Belén quedaban afuera y recibieron el status de ”corpus separatum“, o sea un cuerpo separado que estaría bajo mandato internacional administrado por las Naciones Unidas por 10 años, estableciéndose que al cabo de esos 10 años habría un referéndum y la población de la ciudad decidiría de qué lado quería estar. En aquel entonces, como bien señala la periodista Ana Jerozolimski a pesar de que Jerusalem era el corazón del pueblo judío, el liderazgo judío de aquel entonces aceptó las disposiciones de las Naciones Unidas para poder fundar un estado de Israel independiente. Cabe recordar que los árabes rechazaron la resolución y decidieron ir a la guerra contra Israel. Los árabes al rechazar esta resolución perdieron incluso esta legitimidad sobre los territorios que le fueron asignados por las Naciones Unidas en la resolución 181.

El ex Primer Ministro de Israel David Ben Gurión proclamó el 5 de Diciembre de 1949 a Jerusalem como capital de Israel al terminar la guerra de la independencia. Esta declaración no incluía la totalidad de Jerusalem, sino sólo la parte Occidental.

En Jerusalem funcionan las instituciones de Israel, como la Corte Suprema de Justicia, la Knesset (Parlamento); y los países que no tienen embajada en Jerusalem, es en esta ciudad donde sus embajadores presentan cartas credenciales y mantienen todos los contactos políticos.

Jerusalem nunca había estado dividida a lo largo de la historia ni existió la palabra de Jerusalem Oriental y Jerusalem Occidental, y lo que dividió la Ciudad de Jerusalem fue el ataque de Jordania en el año 1948, ataque producido porque Jordania no aceptó la mencionada Resolución 181 de las Naciones Unidas. Luego del ataque Jerusalem quedó dividida en dos partes, una Occidental y la otra Oriental. La parte Oriental quedó en manos de Jordania. Esto fue así hasta la guerra de los seis días del año 1967 en que Israel anexiona como consecuencia de la derrota de Jordania la parte Oriental de Jerusalem. Es en esa parte donde están los lugares sagrados del judaísmo como el Muro de los Lamentos, que es el vestigio de la pared exterior del lugar donde estaban erigidos los dos Templos Sagrados del Pueblo Judío (Beit Hamikdash), como así también el Monte Moriá, etc.

El primer Templo de Jerusalem que fue construido por el Rey Salomón duró 410 años y fue destruido por los Babilonios, el segundo Templo de Jerusalem duró 420 años y fue destruido por los romanos aproximadamente en el año 69 de la era común. Ambos Templos fueron construidos exactamente en el mismo lugar en el Monte Moriá, donde también Abraham trajo a su hijo Itzjak al sacrificio y donde la Torá cuenta que fue también ahí donde Iaakov tuvo el sueño de la escalera y los ángeles. Es precisamente en esos lugares que el Islam construyó las mezquitas y se arrogan derechos ancestrales previos que no existen, ya que muy anteriormente en la historia el pueblo judío, por lo descripto anteriormente, era el que habitaba en estas tierras, cuando aún no existía el Islam ni el Cristianismo.

El 30 de Julio de 1980 Israel proclama la “Ley de Jerusalem”, aprobada por el Parlamento Israelí, declarando a Jerusalem unificada capital eterna e indivisible del Estado de Israel. O sea incluye esta ley tanto a Jerusalem Occidental como a Jerusalem Oriental.

El 20 de agosto de 1980 el Consejo de Seguridad de la ONU emite la resolución 478 con 14 votos a favor y una abstención de EE.UU. por la cual condena la Ley de Jerusalem que anexa la parte de Jerusalem Oriental. Es por ello que muchos países trasladan sus embajadas que estaban en Jerusalem a Tel Aviv.

El hecho que EE.UU haya decidido trasladar su embajada a Jerusalem no es sino la implementación tardía de la ley sancionada por el Congreso norteamericano del año 1995 que reconoce a Jerusalem como capital de Israel y en consecuencia, reconoce que esta ciudad está entrelazada a través de toda la historia con el pueblo judío.

Es importante aclarar que todas las confesiones tienen acceso a los lugares sagrados desde que Israel pasó a integrar Jerusalem Occidental y Oriental como un todo. Ello no sucedía cuando Jordania controlaba Jerusalem Oriental hasta el año 1967, ya que los judíos no podían visitar esos lugares sagrados, como por ejemplo el Muro de los Lamentos. Como señal de respeto a otros credos, como por ejemplo el Islam, existe en la ciudad de Jerusalem una organización religiosa islámica llamada Waqf que administra los lugares sagrados del Islam que se hallan en el Monte del Templo en Jerusalem. Ello no sucedía cuando Jordania tenía control de Jerusalem Oriental hasta el año 1967 ya que no permitía a los judíos visitar y orar en lugares sagrados del Judaísmo.

La historia expone claramente los derechos primarios del pueblo de Israel sobre esas tierras, y solo una versión falsificada de ella, por motivos diferentes de las partes involucradas, hace creer a la opinión pública mundial que el Islam tiene derechos previos en esos territorios. Ello es absurdo ya que el Islam es una religión que aparece en el siglo VII de la era común siendo la religión monoteísta más nueva del mundo.

Ello no implica no respetar las creencias de los diferentes credos, pero Israel demostró al mundo que únicamente con Jerusalem unificada como capital de Israel, todos los seres humanos de diferentes credos tienen acceso a los lugares que consideren sagrados.

Este estudio histórico objetivo que expongo demuestra claramente la soberanía judía sobre esta Ciudad y sobre la tierra de Israel, a pesar que la historia pretende ser falsificada incluso desde los organismos internacionales como la ONU, Unesco, etc. que han desconocido derechos ancestrales de todo tipo del pueblo judío sobre Jerusalem y sobre el territorio que los judíos ocuparon desde tiempos bíblicos.

 
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