Khaled Abu Toameh
7 de noviembre de 2012
http://www.gatestoneinstitute.org/3437/king-abdullah-playing-with-fire
La Hermandad Musulmana y los matones salafistas se sienten hoy lo suficientemente seguros como para imponer su voluntad sobre cualquier jordano. El rey está animando a sus rivales a proseguir con sus esfuerzos para desestabilizar el reino y crear un Estado islámico que, algún día, participaría en la «gran jihad» para eliminar a Israel.
Matones musulmanes en Jordania, el pasado fin de semana, atacaron a un gran grupo de hombres y mujeres jóvenes que se habían reunido en una cafetería en Ammán para celebrar Halloween.
Los matones eran miembros de la organización de la Hermandad Musulmana y del grupo salafista.
Los asaltantes afirmaron que la fiesta estaba siendo celebrada por «adoradores del diablo» y dijeron que Halloween era una violación de las enseñanzas del Islam.
El ataque es visto como otra señal del creciente poder de los fundamentalistas musulmanes en Jordania.
Si las autoridades jordanas no pueden proporcionar seguridad para una fiesta de Halloween, ¿Cómo serán capaces de impedir que los musulmanes radicales se apoderen del reino en el futuro?
La «Primavera Árabe», que ha visto el auge de los islamistas al poder en varios países árabes, ha animado a la Hermandad Musulmana de Jordania y a los seguidores salafistas.
Estos dos grupos radicales han secuestrado la campaña pro reforma de Jordania y están haciendo todo lo posible para socavar la monarquía.
Los dos grupos buscan establecer un régimen islámico en Jordania que, algún día, participará en la «gran jihad» para eliminar a Israel.
El grupo salafista en Jordania ha enviado a decenas de terroristas a la vecina Siria para participar en la jihad [guerra santa] contra el régimen de Bashar Assad. Y esto está ocurriendo bajo la atenta mirada del establishment de la seguridad jordana.
Se cree que cientos de jordanos jihadistas están luchando junto a las fuerzas anti-Assad en Siria, junto con los fundamentalistas musulmanes de todo el mundo.
Mahmoud Abdel Al, de 33 años, un mecánico de automóviles jordano y padre de cinco hijos, que pertenecía al grupo salafista, la semana pasada llevó a cabo un atentado suicida en Siria, según su orgullosa familia.
Su madre, Hind, le dijo a la agencia de noticias francesa AFP que su hijo era muy religioso y había estudiado el Corán desde los 10 años.
«Le encantaba la jihad», dijo. «Cuando era un niño quería ir a la Margen Occidental para luchar, pero se lo impedí. Pero cuando creció le dije: ‘Que Allah facilite tu misión y esté satisfecho contigo, hijo mío'».
El atacante suicida no pudo haber viajado a Siria para llevar a cabo su «santa» misión sin el conocimiento del poderoso Departamento General de Inteligencia del reino.
Las autoridades jordanas creen que mientras los terroristas musulmanes vayan a otro lugar para llevar a cabo sus atentados, no hay nada de qué preocuparse.
Pero no hay duda de que los mismos jihadistas que están cruzando la frontera con Siria, un día volverán para luchar contra el rey Abdullah y su régimen.
En lugar de tomar medidas serias contra los terroristas, el rey Abdullah de Jordania está haciendo exactamente lo contrario.
El rey, que ya se enfrenta a numerosas críticas por no implementar reformas reales y combatir la corrupción, ha comenzado a coquetear con el grupo salafista en un desesperado intento por ganar su simpatía.
Al coquetear con estos fundamentalistas, el Rey Abdullah tiene también la esperanza de ganarlos para su lado en su confrontación con la popular e influyente Hermandad Musulmana del reino.
La semana pasada, en una medida sorpresiva, el rey indultó a cinco terroristas salafistas que tenían planeado llevar a cabo una serie de ataques contra diplomáticos y ciudadanos jordanos y occidentales.
Fuentes en Amman dijeron que el Rey Abdullah planeaba también liberar a Mohammed Dumus, un terrorista salafista que asesinó a un diplomático estadounidense en Ammán en 2003.
El rey, sin embargo, dio marcha atrás a último momento, para evitar una airada respuesta de EE.UU., dijeron las fuentes.
Los esfuerzos del rey para apaciguar a los fundamentalistas musulmanes sólo les hará el juego a la Hermandad Musulmana y a los salafistas.
Como lo dijo un analista político jordano, «Nuestro rey está jugando con fuego».
Los matones musulmanes no se habrían atrevido a atacar a la fiesta de Halloween si pensaban que las autoridades jordanas responderían enérgicamente.
La Hermandad Musulmana y los matones salafistas se sienten hoy lo suficientemente seguros como para imponer su voluntad sobre cualquier jordano. Liberando de la prisión a terroristas convictos, el rey está animando a sus rivales a proseguir con sus esfuerzos para desestabilizar el reino y crear un estado islámico en Jordania.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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