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| lunes diciembre 23, 2024

Miembro de la Unión Internacional de Académicos Musulmanes respaldada por Qatar: Los talibanes son modelos del yihad firme; nosotros no les tememos, sino que más bien tememos por ellos


El Dr. Attia ‘Adlan (Fuente: Youtube.com)

Tras la retirada de los Estados Unidos de Afganistán y el ascenso al poder de los talibanes en el lugar, el estudioso religioso Dr. Attia ‘Adlan, ex-parlamentario egipcio y actual miembro de la Unión Internacional de Académicos Musulmanes (UIAM), que cuenta con el apoyo de Qatar y Turquía, publicó un artículo en el portal de la UIAM en el que defendía a los talibanes en contra de sus detractores. Rechazando enérgicamente los temores expresados ??por muchos en el mundo musulmán respecto al ascenso al poder de los talibanes en Afganistán, ‘Adlan afirmó que sus miembros son «gente admirable», graduados de excelentes escuelas del sharia quienes se adhieren a la tradición y evitan el pecado y son famosos por librar su yihad y su firmeza. Además, tras la retirada de las fuerzas estadounidenses, estos no buscaron venganza, sino que inmediatamente le extendieron la mano al pueblo afgano en señal de perdón, dijo. Adlan enfatizó que, si los talibanes realmente realizaron un trato con los estadounidenses a fin de afectar su retirada, no existe vergüenza en ello. De hecho, es similar al Tratado Hudaybiyya, realizado por el profeta Mahoma con la tribu pagana Quraysh, que los compañeros del profeta inicialmente consideraron de compromiso humillante, hasta que se dieron cuenta de la magnitud de las ventajas que este tratado ofrecía. Expresando su preocupación de que la comunidad internacional interfiera en Afganistán y evite que los talibanes enfrenten los desafíos de gobernar el país, ‘Adlan le pidió a Turquía, Pakistán o Malasia que los tomen bajo su protección y los ayuden a negociar en los corredores de la diplomacia internacional. Este expresó su confianza en que Afganistán bajo los talibanes sería un modelo de gobierno y de cultura islámica.

Cabe señalar que otros miembros de la UIAM publicaron artículos similares, en los que saludaron el retorno de los talibanes al poder y la expulsión de los estadounidenses del país.[1]

 

Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de ‘Adlan.[2]

«¡La actual situación de la nación islámica es desconcertante! ¿Se encuentra dicha nación tan sumida en el dolor que es incapaz de sentir alegría? ¿O ha caído frecuentemente en las trampas sobre el camino de la muerte que este ha comenzado a observar a su alrededor con temor incluso al pisar terreno seguro y a nivel, porque ‘una vez que muerde, me vuelvo más temeroso’, tal como ellos dicen? Aunque lo siento desconcertante, entiendo esta situación anómala y el tratamiento es como una enfermedad breve y pasajera. Pero lo que me preocupa y me repugna es la preocupación expresada en público por los ‘intelectuales musulmanes’… quienes aparentemente temen que todos los logros de la civilización humana se pierdan debido a este curso tomado por este pueblo del desierto (los talibanes), que han derrocado a la ‘civilización de Kabul’ y cuyo ‘extremismo’ ahora amenaza la libertad de la mujer y las reglas del juego democrático.

«Dicen que los talibanes y Estados Unidos hicieron un trato. ¿Y qué? ¡¿Qué deshonroso puede ser eso?!… Quizás tales acuerdos nos permitan, si no realmente gobernar Egipto, Siria, Libia, Yemen, Irak, el Líbano y Túnez, entonces al menos liberar a los detenidos y secuestrados, rescatar a aquellos que han sido condenados a muerte y hacer retornar los predicadores a sus mezquitas y a los exiliados a sus países. El mundo de la política es un gran bazar donde las bestias salvajes y las hienas luchan por su supervivencia, todo basado en acuerdos y en intereses que se interconectan y en los que las transacciones se realizan en intereses en lugar de monedas. El Tratado Hudaybiyya,[3] por ejemplo, fue un trato que los compañeros del profeta consideraron de compromiso humillante, hasta que se hizo evidente el alcance de los logros que este ofrecía, logros que se ocultaron bajo una fina capa exterior de defectos y concesiones, que era todo lo que se podía ver para ese momento.

«Yo no le temo a los talibanes. Al contrario, temo por ellos. No me preocupa el destino de Afganistán bajo los talibanes o el futuro o la reputación de la acción islámica. Primero, porque los talibanes son gente ??admirable, todos ellos graduados de las escuelas del sharia Deobandi,[4] conocidos por su independencia, métodos de enseñanza ingeniosos, educación sólida y planes de estudio correctamente guiados. Segundo, porque son Maturidi Hanafis[5] que no se desvían de la tradición y no cometen pecados… y que, gracias a su constancia y yihad, se han convertido en sinónimo de poder, impacto, perseverancia, paciencia y honestidad, por su conciencia organizativa y madurez militar y por su destacada capacidad de maniobra y de gestión en su lucha. La tercera razón es que, cuando subieron al poder tras la retirada estadounidense, estos hicieron lo que se esperaba de ellos y extendieron la mano en señal de perdón, evitaron vengarse de sus rivales y difundieron una seguridad y calma genuinas en el terreno.

«No le tememos a esa gente… En cuanto a la afirmación de que la retirada estadounidense fue parte de un acuerdo, los detalles de dicho acuerdo solo se revelarán a futuro, ya que Estados Unidos no está dispuesto a ser humillado por una organización que proviene de las montañas… el propio Estados Unidos sabe que puede ser humillado y ha sido humillado con frecuencia en el pasado, pero también sabe… el cómo manejar la derrota de una manera que no aplaste su arrogancia ni arruine su reputación. De hecho, admitimos que no fue humillado ni derrotado por los talibanes – aunque esto no hubiera sido nada inconcebible – porque las luchas de hoy día no son luchas feroces tradicionales que terminan en una victoria o derrota decisiva. Existen acuerdos que ponen fin a un conflicto en un momento determinado, cuando cada bando intenta maximizar sus ganancias. Un trato no significa necesariamente la traición o la renuncia a los principios, especialmente cuando ambas partes poseen influencia verdadera.

«Pero temo por los talibanes. Primeramente, por la jaula de hierro que el llamado orden global está obligado a imponerles, que los estrangulará y evitará que actúen… ¿Cómo pueden sobrevivir los talibanes?… mientras el mundo hipócrita grita indignado… preguntando: ‘¿Qué haremos con los talibanes?’ Segundo, temo por ellos por la magnitud de la responsabilidad que tienen, que puede hacerlos desparecer y eliminarlos sin necesidad de disparar ni un solo tiro. Esto se debe a que, cuando uno anticipa la victoria sobre un enemigo que lo ha oprimido a uno durante mucho tiempo, uno se imagina que la victoria militar es el desafío final. Una vez que esta se logra, uno se olvida de los enormes desafíos que aún esperan. La enorme e importante victoria militar lograda por los talibanes es solo una pequeña parte de los desafíos que este enfrenta. Los mayores son los desafíos de construir un estado sobre los escombros del régimen anterior, que se encuentra en total ruinas; restaurar la seguridad en un país grande y una sociedad tribal rígida que existió durante años en medio de bandas armadas y conflictos que se negaron a desvanecerse o terminar; alimentar a un pueblo que ha vivido en las garras de la pobreza, el hambre y la miseria durante cuatro décadas o más y tratar las enfermedades de la ignorancia, pobreza, tribalismo, la clandestinidad radical, etc.

«En términos de política y gestión de un estado, los talibanes son ahora equiparables a un infante de un genio excepcional que, sin embargo, sigue siendo un bebé que gatea y necesita de alguien que lo tome de la mano y lo lleve por los intrincados caminos de la comunidad internacional y lo inicie dentro del mundo de la diplomacia, en caminos pedregosos repletos de trampas y de bandidos. Si los talibanes no encuentran a alguien que los guíe, sin duda les resultará difícil actuar… Por esta razón, es vital que formen lazos con elementos amistosos en esta arena tumultuosa que es la comunidad internacional y países musulmanes tales como Turquía, Pakistán y Malasia deben ayudarles iniciando colaboraciones con este en muchas áreas.

«La importancia futura de la experiencia de los talibanes radica en el hecho que el mundo islámico necesita de un modelo a seguir… que restaurará su fervor revolucionario y renovará sus logros, para que de esta manera pueda comenzar el proceso de construcción: edificar un estado islámico, su economía y todos los sistemas culturales. Somos optimistas acerca de esta experiencia, le damos la bienvenida y creemos que muy pronto llegarán buenas noticias desde Kabul…»


[1] Iumsonline.org, 23, 25, 27 de agosto, 2021.

[2] Iumsonline.org, 19 de agosto, 2021.

[3] Un alto al fuego firmado en 628 por el profeta Mahoma y la tribu Quraysh de Meca, por un período de duración de diez años.

[4] El Deoband fue un movimiento islámico sunita revivalista fundado en India en el año 1866, cuyo brazo político, creado en 1919, jugó un papel importante en la lucha por la independencia de India.

[5] Maturidiyya es una de las escuelas ortodoxas de teología islámica sunita, predominando principalmente en la escuela de jurisprudencia Hanafi.

 
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