La coalición gobernante en Israel hace oídos sordos a las manifestaciones. La Knéset aprobó la primera disposición de la reforma de Benjamin Netanyahu. Aunque este texto no esté en el centro de las protestas, cristaliza aún más las tensiones políticas en el país porque hace casi imposible destituir al jefe del Gobierno, Netanyahu, juzgado por corrupción y abuso de confianza. Bryan Acuña, especializado en relaciones internacionales especializado en Medio Oriente, explicó el tema en France 24.
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