El aluvión de cohetes lanzados desde la Franja de Gaza contra las comunidades cercanas y las colinas de Jerusalem dejó claro que, a pesar de los innumerables titulares sobre el inminente alto el fuego, Israel y la Jihad Islámica continúan con sus acciones. Tal vez incluso lo contrario. Parece que la Jihad Islámica, dándose cuenta de que su grupo no tiene capacidad militar para hacer frente a una campaña intensiva contra Israel, ha decidido cambiar de táctica: desgastar a Israel y a Hamás.
En otras palabras, no tiene que operar de acuerdo con el viejo sistema que hemos conocido en rondas anteriores: muchos lanzamientos masivos contra Israel cada minuto posible. Esta vez han elegido lanzarse de vez en cuando en unas pocas horas, tal vez incluso solo una vez al día, y el daño causado a Israel seguirá siendo el mismo y tal vez incluso aumentará. Israel no tiene ningún deseo de prolongar la campaña y continuarla, ya que el país ha sufrido grandes daños económicos, algunos residentes del sur han sido evacuados de sus hogares y todo el establecimiento de seguridad está al límite debido a varios cohetes que la organización logra lanzar desde Gaza. La Jihad entiende que el tiempo juega en contra de Israel y, además, en detrimento de la organización rival, Hamás.
Y éste es, probablemente, el segundo objetivo de la Jihad al librar este tipo de guerra de desgaste. No sólo los ciudadanos israelíes no pueden volver a la normalidad, sino tampoco los residentes de la Franja de Gaza. Hamás, como organismo soberano en Gaza, tendrá que responder a los residentes, aunque no sea parte de esta campaña en absoluto. Al mismo tiempo, también hay crecientes críticas a Hamás en las redes sociales por decidir no unirse a la lucha contra Israel junto.
Para la Jihad, el objetivo ahora es arrastrar a Hamás a la refriega, ya sea porque se percibe como demasiado débil en el público palestino o debido a una dura respuesta israelí que provocará demasiadas bajas. El grupo que gobierna Gaza no suele comentar en los medios sobre la escalada actual, pero internamente intenta calificarse como parte de la «toma de decisiones de la sala de operaciones conjuntas», o en otras palabras, como dando a la Jihad la bendición para que siga actuando.
De hecho, es imposible ignorar que la Jihad hace lo que le plazca sin interferencia de Hamás. Una fuente de alto rango en la sala de operaciones conjuntas de las organizaciones palestinas, aparentemente de Jihad, explicó a Al-Jazeera TV que «la resistencia (nombre con que designan a las organizaciones terroristas palestinas) ha entrado en una fase de desgaste y sorpresa de la ocupación». Según la fuente «es la resistencia la que determina el ritmo de la campaña, y el momento y el lugar para responder». O, como es costumbre decir en el lado israelí, «responderemos cuando y donde lo consideremos oportuno».
«Es la resistencia la que determina el ritmo de la campaña»
La conclusión es que la tan esperada solución o alto el fuego tendrá que venir de Hamás. Con ese fin, Israel puede tener que reconsiderar su política de ignorar la luz verde dada por Hamás al lanzamiento de cohetes desde Gaza.
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