Mahmoud Muhammad Taha La reforma es difícil en las mejores circunstancias. En estados autocráticos, la reforma puede ser, incluso si se necesita desesperadamente, peligrosa si no suicida. Puede debilitar a los gobiernos o fortalecerlos, hacer o deshacer sociedades. Combatir a los reformadores, demonizarlos y perseguirlos, también puede ser una herramienta para que los regímenes autocráticos pulan sus credenciales ortodoxas, particularmente si el reformador o el libre pensador es religioso, como hemos visto en Egipto en los casos de individuos como Islam ...