En días tan aciagos y amenazantes como los que vivimos, confinados y víctimas de la sed de noticias, a la espera del milagro de una vacuna contra el Covid 19, cada quien se busca un hábito para pasar el tiempo o hacerlo más permeable, menos pesado y compacto. En mi caso volví a las acuarelas, pues me es imposible leer o escribir, dedicarme siquiera unas horas a los gajes de mi oficio. Volví, pues, a los pájaros, mis amadas aves, ...