Cuando en 1945 se sentaron las bases para la fundación de la Organización de las Naciones Unidas una sensación de alivio mezclada con esperanza recorrió a una humanidad desgarrada y destruida por uno de los conflictos más sangrientos de la historia, la Segunda Guerra Mundial, que había terminado con 60 millones de vidas y arrasado Europa y el lejano oriente. Era el momento de restañar las heridas y sentar las bases para un nuevo mundo en el que la paz y ...