Hace décadas que la política sufre una profunda crisis de identidad. A la izquierda le cuesta encontrar el camino a casa tras el derrumbe del mayor experimento social que significó el comunismo. Y la derecha, a la que le llevó mucho tiempo y esfuerzo desligarse del peso histórico de algunos regímenes totalitarios, nota cómo el suelo se mueve bajo sus pies ante el retorno de actitudes que se daban por superadas y que califican de extremas. A la derecha y ...