En un mundo justo, los kurdos tendrían su propio Estado. Tienen una cultura ancestral, un idioma propio y un hogar nacional, el Kurdistán, que ha sido gobernado durante siglos por árabes, turcos y persas, extranjeros y opresores todos ellos. Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, sus rivales victoriosos británicos y franceses crearon nuevos Estados nacionales árabes y pusieron en marcha un proceso que conduciría a la reinstauración de un Estado-nación judío. En cambio, los kurdos se quedaron ...