Tal vez sea Arabia Saudita el país que siente más vergüenza del cuerpo humano, sobre todo del cuerpo de la mujer y la tenga, en consecuencia, en tan baja consideración. A diferencia de los puritanos de América del Norte que amaban el trabajo duro y eran básicamente demócratas, el puritanismo salafista saudí es la gallina vestida de blanco sentada sobre los huevos de oro del petróleo, encarnado en una sociedad de aristócratas del dolce far niente que lo compran todo ...