No pienso que el Doctor Sánchez sea muy dado a la lectura: lo suyo son los negocios conyugales. Está en su pleno derecho. Como lo estoy yo –exento de creencias de cualquier tipo como lo soy, exento de cualquier interés conyugal como lo estoy– de releer en voz alta uno de los más hermosos tratados de tradición talmúdica en la segunda mitad del siglo XX: «¿Qué manda la voz de Auschwitz? Se prohíbe a los judíos proporcionar victorias póstumas. Se ...
Sánchez: ¿El antisemitismo es un humanismo?
Israel –sea quien sea quien lo gobierne, a izquierda como a derecha– no puede permitirse la cobardía de Sánchez ni de Zapatero