La última vez que el resultado de unas elecciones presidenciales estadounidenses fue tan concluyente como el de las que tuvieron lugar la semana pasada en Israel, los estadounidenses fueron mucho más unánimes en la calificación. La palabra elegida fue “aplastante”. Por eso las entidades y congregaciones judías norteamericanas a las que les ha faltado tiempo no ya paracondenar a un Benjamín Netanyahu nuevamente reelegido sino para pedir al Gobierno de EEUU que se imponga sobre la voluntad de los israelíes deberían ...