"Somos la segunda ciudad después de Varsovia”, nos dice, con orgullo, el taxista que nos recoge en la plaza del Mercado, el centro neurálgico de esta urbe que se remonta al siglo VII. Cuando subimos al coche, al oír unas palabras en hebreo de mis acompañantes, nos saluda con un shalom entusiasta, y este gesto tan sencillo nos dice quién es. En Cracovia, donde el antisemitismo ha sobrevivido más allá de la destrucción absoluta de la vida judía (un antisemitismo ...