En Cochin, pequeño pueblo del estado de Kerala en la India, vivía una anciana de ojos chispeantes que iba de su casa al cementario y del cementerio a su casa varias veces al día. Era la última habitante de un poblado judío de respetable antigüedad. Poco a poco habían abandonado sus moradas y propiedades los descendientes de judíos que llegaron a esa costa un siglo antes de la era cristiana, Israel acababa de nacer y las voces de los hermanos ...