Hasta el verano de 1929, Hebrón gozaba de una sana convivencia que se remontaba a fines del siglo XV cuando los judíos sefaradíes llegaron huyendo de la Inquisición española, como lo hicieron en muchos otros confines del Imperio Otomano. Estos judíos y otros asentados en Hebrón, provenientes del Magreb y de países árabes vecinos hablaban en árabe, y vivieron durante centurias en armonía con sus vecinos. A mediados del siglo XIX judíos ashkenazíes provenientes de Europa también se instalaron en Hebrón ...