Fachada y entrada principal de la Sinagoga “Shaarei Jaim” La conversión forzada no estaba acompañada de ninguna convicción religiosa. De la noche a la mañana los judíos se vieron obligados a cambiar sus nombres por otro que tuviera una clara resonancia cristiana (los judíos locales tomaron apellidos prefiriendo nombres de los árboles y animales, aunque también se tomaron apellidos patronímicos- terminados en es- y referidos a las profesiones) y la obligación permanente de demostrar que se llevaban costumbres cristianas. No obstante, ...