¿Por qué el presidente y sus consejeros, a la hora de interpretar los comentarios de Netanyahu sobre el Estado palestino, optan por lo que más puede tensar las relaciones con Israel? ¿Por qué el constante estribillo de “No podemos pretender que esos comentarios no han existido”? ¿Por qué la incapacidad de asumir que Netanyahu ha ganado (y que, en cierta e importante medida, Obama perdido) las elecciones israelíes? Parte de la respuesta es, indudablemente, la estrechez de miras del señor Obama ...