Después de la cena, sorprendí a mi madre llorando delante de la televisión, no me fijé en lo que había en la pantalla. Pensé que lo hacía por la tragedia familiar que sufrimos un año antes. Efectivamente, sus lágrimas se debían a una tragedia, también familiar en un sentido más amplio, pero distinta. Esa noche no sólo lloró ella: Isaac Rabin, el primer ministro de Israel, había sido asesinado por uno de sus congéneres. En el imaginario judío hay algo que ...