Alberto Mazor Dos pájaros, bautizados como Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, dejaron de lado la política y las peticiones de boicot, se subieron al Titanic y pusieron proa a Israel con su equipaje de música y poesía. Allí aguardábamos expectantes más de 6.000 almas en Tel Aviv, o, al decir de estos pájaros, «Nos esperaban nuestros amigos». Sabina y Serrat nos regalaron un recital hermoso por dónde se lo mire; una puesta en escena de gran calidad; protagonistas majestuosos y ...