Marcos Aguinis LA NACION Lunes 11 de abril de 2011 Resulta excepcional que al presidente de un país se lo condene a siete años de cárcel más otros adicionales de libertad condicional por dos casos de violación y uno de acoso sexual. Las penas, cuando se aplican por estos delitos, suelen ser mucho menores, incluso en Israel, donde ha tenido lugar la sentencia. Pero ocurre que allí no todos los ciudadanos son iguales, porque las penas más duras se aplican a quienes ...