Atardece en el Paseo Marítimo de Tel Aviv. Arena, olas, carril bici, librerías ambulantes, duchas, restaurantes, besos, raquetazos del deporte estival israelí (matkot), partidos de voleibol y fútbol, avisos de los socorristas, perros (tienen su propia playa en una ciudad declarada dog-friendly) y bikinis de vértigo componen el paisaje. El soleado marco en el que judíos, musulmanes, cristianos y ateos toman el sol, pasean, comen, beben, juegan, ligan, duermen y...no entienden la polémica del burkini al otro lado del Mediterráneo. En ...