Las percepciones y el temor a expresar criterios políticamente incorrectos han ido cambiando la manera en que se formulan los razonamientos, de modo que es prácticamente imposible diferenciar lo bueno de lo malo, lo moral de lo inmoral, lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto o lo normal de lo anormal. Se busca lo gris, lo que no ofenda. Cuando jugábamos a los policías y ladrones o a los indios y los cowboys, las líneas estaban definidas, sabíamos ...