Cuando el 11 de septiembre de 2001 la organización Al-Qaeda secuestró aviones con el fin de atacar los EE.UU, intentó secuestrar también el mensaje del Islam. Al hacerlo, los fundamentalistas encendieron la gran batalla del nuevo milenio. El asesinato de más de tres mil personas inocentes en nombre de la yihad no significó solo la antítesis de los valores del mundo civilizado, sino también de los preceptos del propio Islam. Cuando los terroristas liberaron su brutalidad y salvajismo, mostraron sus fines ...