La explosión de violencia masiva por parte de árabes israelíes contra sus conciudadanos judíos es de manera evidente una guerra religiosa y debe ser tratada como tal. Cuando las sinagogas y los seminarios religiosos son incendiados, es una guerra de religión. Cuando los rollos de la Torá son desecrados, es una guerra de religión. Cuando autos son incendiados luego ser verificados como pertenecientes a judíos, es una guerra de religión. Cuando choferes judíos y pasajeros son arrastrados fuera de sus vehículos a los gritos ...