Quienes se reúnen a protestar contra el uso obligatorio de las mascarillas y las posibles y cercanas vacunas soslayan el hecho real del contagio, constatado una y mil veces en clubes y fiestas nocturnas. Enojados, gritan a cuatro vientos que hay una conspiración contra el ciudadano de a pie, que lo del Covid 19 es un engañabobos y los gobiernos y sus ministerios de sanidad se están aliando contra sus ciudadanos. Pero como una conspiración conduce a otra, van para ...