Tal vez no haya nada que una clase mundial de diplomáticos calcificados aprecie más que la sutileza y los matices. La gira de Donald Trump por las tres principales capitales religiosas del mundo ha sido lo menos sutil y matizada que quepa imaginar. Para muchos diplomáticos veteranos, este ingenuo esfuerzo de la Administración por forjar la paz es muy peligroso, posiblemente más de lo que piense la propia Administración. Puede. O puede también que el presidente y su equipo estén prescindiendo de una convención ...