Mario Satz Habrá quien se alegre por la captura de Hakim y Amjad, los jóvenes asesinos de la familia de Itamar; habrá quien piense que sólo el ojo por ojo y el diente por diente calmarán nuestra sed de justicia y habrá, también, quien celebre la eficacia de la policía israelí. Todos tendrán sus razones y casi nadie sentirá compasión por la juventud de los culpables y preocupación por su siniestro ejemplo. El síntoma es inequívoco: si no tienes trabajo, ni futuro, ...