Si se atiende a las declaraciones de los Gobiernos israelí y estadounidense, todo va bien entre Jerusalén y Washington. Pero, pesar a los tópicos que sueltan los altos cargos, la pretensión de que no hay disputas que no puedan tratarse en privado es cada vez más deleznable. La presión de la izquierda israelí y de sus numerosos partidarios estadounidenses para que EEUU manifieste su oposición al nuevo Gobierno dirigido por Benjamin Netanyahu es cada vez mayor. La pregunta es: ¿sobrevivirán la prudencia ...