Hace muchos años y en Jerusalén recuerdo haber escuchado una clase magnífica del rabí T, oriundo de Africa del Norte y residente, por entonces, en la aldea Bnei Brak. El tema central era el anillo, tabaat en hebreo, una palabra de fascinante sonoridad y llena de claves que, según el maestro, explicarían el por qué los futuros esposos, bajo la jupá, el palio, se intercambian tales joyas de oro. El círculo del anillo es como la circunferencia mágica que el ...