El veneno es palestino y el antídoto, hecho del mismo veneno, lo tiene Israel. Así de claro. Los que tengan oído que oigan y los que tengan ojos que miren y vean. A cada desprecio musulmán y árabe Israel no hace más que ofrecerles, ¡aún!, trabajo y servicios sociales si acaso son ciudadanos del país, algo que no tiene todo el mundo en Arabia Saudita, por ejemplo los indonesios que hacen las peores tareas y los mismos palestinos que residen ...