El cambio es notorio. El nuevo Presidente de Irán Hassan Ruhani sonríe mucho más que su antecesor Mahmud Ahmadinejad, no habla como un desaforado que quiere exterminar al mundo y comprende evidentemente que la retórica juega un rol importante en la diplomacia internacional. Y claro que comparando lo que irradia desde su bastante reciente elección con la constante cerradez llena de odio de su antecesor, Ruhani muestra, al menos, actuar en forma mucho más inteligente que él. La prueba está en ...