Erez, israelí y judío creyente, no se separa de su hija. Es un bebé prematuro que ha nacido con graves problemas. "Necesitará una operación pero no pierdo la esperanza", nos dice con tono pausado. Su hija tiene como vecina de incubadora a un niño árabe. Su madre, Nolaja, tampoco se separa del aparato de respiración que asiste al bebé. En este metro cuadrado de la sala de incubadoras de un céntrico hospital en Israel, el velo negro de la madre ...