La caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011 pareció desatar la euforia en Egipto y abrir las puertas a un futuro de libertad y modernidad en el país. Fueron muchos quienes, en Occidente, se unieron a ese sentimiento. Sin embargo, un numeroso grupo de egipcios no parecía compartir ese optimismo generalizado: salvo por algunos miembros de la comunidad, que incluso participaron en las manifestaciones en la plaza Tahrir, la mayoría de los cristianos coptos era escéptica. Puede que siglos ...