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| martes marzo 19, 2024

Barghouti se desmiente a sí mismo

Barghouti ha sido y sigue siendo favorecido por los beneficios que el Estado judío brinda a sus ciudadanos sin distingo de ningún tipo.


Omar Barghouti, activista del movimiento antisemita Boicot, Desinversión y Sanciones, conocido como BDS, recientemente indignó a la gente honesta al aparecer en un video subido en Facebook y hacer una cínica declaración: si Israel encontrara una cura contra el cáncer o el coronavirus, “no habría problema en cooperar con él”; es decir, no lo boicotearía tal como intentan hacer en otros campos: cultura, academia, política, deportes, etc.

Cabe aclarar que, pese a promover la ilusa idea de defender a los palestinos a través de la presión económica y política sobre Israel, ello es falso, en ningún momento el BDS ha ayudado a mejorar la calidad de vida de los palestinos; al contrario, se ha aliado con la clase criminal y corrupta que los gobierna, tanto Fatah en Cisjordania, como Hamas en Gaza.

 

El abuso del propio Barghouti demuestra que el supuesto motivo de su “lucha” no existe, solo es un simple recurso para instituir una forma de combatir a Israel, desprestigiándolo con calumnias y situaciones creadas o manipuladas. Barghouti se desmiente a sí mismo, pues resulta obvio que está consciente que, si los israelíes logran progresos en algún tratamiento efectivo para cualquier enfermedad, él como ciudadano que vive en Israel va a estar cubierto y bien atendido, pues el tan cacareado apartheid no opera.
De hecho, pese a impulsar por el mundo furibundas campañas demonizadoras y deslegitimadoras que demandan sanciones contra Israel, Barghouti ha sido y sigue siendo favorecido por los beneficios que el Estado judío brinda a sus ciudadanos sin distingo de ningún tipo. Nació en Qatar, en el seno de una familia palestina; en 1993, se estableció en Israel tras su matrimonio con una árabe israelí; sacó una maestría en filosofía en la Universidad de Tel Aviv y allí continúa cursando un doctorado. Haciendo gala del mismo cinismo demostrado recientemente en relación al coronavirus y la asistencia médica, ha dicho: “mis estudios en la Universidad de Tel Aviv son un asunto personal y no tengo interés en comentar”. En otra ocasión, acomodando posturas a sus intereses, indicó que los palestinos tienen derecho a todo lo que puedan obtener del sistema.
Este personaje mentiroso e inmoral es el fiel reflejo de un movimiento del tenor del BDS, generador de odio y violencia.
 
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