Hay muchas cosas que se ven en Israel que resultan insólitas para un observador de cualquier parte del mundo. Asombra ver cómo un país tan joven (con 68 años desde la creación del Estado, pero con una nación judía que hunde sus raíces en miles de años de historia) ha sido capaz de desarrollar la única democracia de una región sumida en las tinieblas de las guerras, las facciones enfrentadas y el fanatismo. Sorprende la revolución tecnológica que lidera en ...