Unas semanas después de que Europa abriera sus fronteras a más de un millón de refugiados de Oriente Medio, África y Asia, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo que la crisis migratoria "desestabilizaría las democracias". Fue tachado de demagogo y xenófobo. Dos años después, Orbán ha sido vindicado. Como explica ahora Politico, "La mayoría de los líderes de la UE recuerdan al primer ministro húngaro", y el primer ministro húngaro puede ahora afirmar que "nuestra postura se está convirtiendo poco a poco en la ...