Moshé trasmite las leyes de anulación de juramentos a los jefes de las tribus de Israel.
Se forma un ejército integrado por mil hombres de cada tribu para ir a la guerra contra Midian, pues fue este pueblo el que intentó corromper moralmente al pueblo de Israel.
La guerra concluye victoriosamente. Cinco reyes de Midian y el hechicero Bilaam son muertos.
El ejército retorna victorioso y el botín tomado a Midian es repartido entre el pueblo, los guerreros, los levitas y los sacerdotes.
Las tribus de Rubén y Gad, a las que luego se agrega media tribu de Menashé, que poseían numerosos rebaños, solicitan las tierras al este del Jordán, lo que antes había sido los reinos de Og y Sijón, reyes de los emorreos. Al principio Moshé se enoja con ellos, pues piensa que se encuentra ante una rebelión similar a la de los espías. Pero cuando los jefes le aseguran que tras poner a buen recado a sus hijos y ganados, acompañarán a las tribus restantes en la conquista de la tierra de Israel, constituyéndose en la vanguardia, Moshé accede a su pedido.
Luego son descriptas las cuarenta y dos jornadas del pueblo de Israel desde la salida de Egipto hasta la llegada a la llanura de Moab.
Son fijados los límites de
Las hijas de Tzelofjad, que heredan lo que le corresponde a su padre se casan con miembros de su misma tribu, así la heredad no pasa a formar parte de las tierras de otra tribu.
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